Desde la teoría, como un grupo de think tank, o laboratorio de ideas, Palma XXI presentó ayer el volumen Palma la ciutat envaïda una suerte de "prólogo" en el que se adentran en la "biografía de la ciudad". Es una "tarjeta de presentación" de ulteriores trabajos que tendrán en el siglo XXI su centro de atención.

Jaume Garau, presidente de este heterogéneo colectivo, introdujo este "folleto" junto a dos de sus colaboradores, el geógrafo Climent Picornell, y el arquitecto Pere Rebassa. El libro, que se puede descargar gratuitamente, se acompaña de un vídeo que dibuja Palma desde la ciudad romana hasta el proyecto modernista de 1900.

Se trata de los resúmenes corregidos y ampliados por este colectivo que agrupa a historiadores, urbanistas, geógrafos, artistas, fotógrafos, arquitectos y cineastas "preocupados" por el devenir de Palma.

"Ha fracasado el modelo de crecimiento porque éste se está dando por encima de criterios de sostenibilidad. Mallorca, Palma, deben buscar un modelo sustitutivo", indicaron los tres. Esperanzados con el rumbo que lleva la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, "parece que su diseño está bien encarado", indica Rebassa, acentúan los peligros ya visibles de las transformaciones económicas y sociales, consecuencia de la gentrificación.

"En treinta años, el 40 por ciento de la población serán extranjeros, ricos y pobres. Esto no es ni bueno ni malo pero hay que analizar qué tipo de ciudad nos va a deparar; y ya estamos viendo que son muchos los barrios en que se está sustituyendo la población local por la extranjera", incide Climent Picornell.

En cuanto al actual modelo de turismo, con el alquiler vacacional alterando la vida de Palma, Rebassa y Garau apuntaron: "En el año 2030 habrá 15 millones de turistas en Mallorca, y 35 millones de pasajeros. Es un escenario muy negativo. Ya con los actuales 10 millones es un problema. Si esto supusiera que se aumenta la calidad de vida, que se traduce en una renta per capita mayor, y mejorase la vida, no habría nada que objetar, pero está sucediendo al revés. Si seguimos así, moriremos de éxito".

El colectivo Palma XXI, nacido un año y medio atrás, no quiere significarse políticamente. Se presentan como un grupo de pensadores, eso sí, con la idea de que "queremos una ciudad para vivir, no solo espacios para los turistas. Queremos una ciudad cohesionada, diversa, creativa".

Con todo, critican "la falta de liderazgo del actual Govern, fragmentado y muy dudoso frente a ciertos temas", indicó Climent.

Can Oleo

Los integrantes de este grupo van más allá en sus debates. En estos momentos, y desde el que denominan Observatorio de gentrificación, están preparando un estudio sobre cómo está evolucionando Santa Catalina, uno de los barrios en los que se acusa en mayor grado el éxodo de población local ante el aumento del alquiler de sus viviendas y cómo son sustituidos por extranjeros con mayor poder adquisitivo.

Otra de sus propuestas es la de "recuperar Can Oleo, que se está perdiendo, como Centro de Interpretación de la ciudad".

Otro de los proyectos que están llevando a cabo es la cartografía de la ciudad para ver su evolución. Están digitalizando las cartografías urbanas, desde las hechas por Pedro Alcántara Peña a la fotografía aérea hecha por los norteamericanos en 1956 y la actual.