La sala de lo social del Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Balears por la que se condena al anterior director del área de Medio Ambiente de la Empresa Municipal d´Aigües i Clavegueram (Emaya), Germán Chacártegui, a abonar de forma solidaria con la compañía pública una indemnización de 35.000 euros a un trabajador por haber sufrido acoso laboral. Se trata de la primera sentencia firme de mobbing laboral contra Emaya y una de las primeras de Balears.

La sentencia, si bien no reconoce que otros jefes directos del trabajador acosado que todavía siguen en sus puestos sin haber sido sancionados sean sujetos activos del acoso, les señala como "colaboradores" de esta situación. En esta categoría de "colaboradores" se incluye al actual jefe de recogida, quien, a su vez, preside uno de los sindicatos del área de Medio Ambiente.

La firmeza de esta sentencia permitirá, a su vez, resolver otra demanda de acoso ante Inspección de Trabajo, por otro trabajador que se declaró en huelga de hambre por la inactividad de la empresa ante las denuncias presentadas. La sentencia contra Chacártegui y Emaya declara probado que, cuando comenzó a dirigir el área, procedió a realizar una reorganización de los mandos intermedios y puestos de trabajo. Francisco Sánchez, el trabajador acosado laboralmente, que hasta esta época había sido el responsable de un grupo de unos 200 empleados en Son Pacs, fue "desterrado" a una caseta del vertedero de Son Reus, unas instalaciones sin apenas actividad y destinadas a ser clausuradas.

La demanda dio por probado que este mando intermedio sufrió maltrato laboral, que le causó problemas de salud, merma salarial, acoso y marginación, que la juez atribuyó a la empresa y al propio Chacártegui. La sentencia condenó a la compañía a indemnizar al trabajador, que había sido "rehabilitado" antes del juicio. Por ello, Emaya tuvo que consignar 35.000 euros para poder recurrir en suplicación ante el TSJB.

Si bien el fallo no especificó los motivos del acoso laboral, el empleado acusó a la empresa municipal de marginación por su condición de sindicalista. Los hechos juzgados ocurrieron con la anterior dirección de Emaya. El trabajador acosado ha denunciado que los actuales responsables de la empresa que "como represalia" en julio del año pasado le destituyeron del cargo que ocupaba como subencargado general del departamento de Limpieza.

La empresa aduce que se trata de un cargo de libre designación y el trabajador que lo ocupa por consolidación de funciones.