Las cerca de 8.000 plazas hoteleras de 1 o 2 estrellas de la Platja de Palma tendrán que reconvertirse en establecimientos hoteleros de calidad de 4 o 5 estrellas en un plazo de entre cinco y siete años y, en caso contrario, deberán eliminarse porque el objetivo en los próximos cuatro años es conseguir que el 20 por ciento de la planta hotelera sea de 5 estrellas (en la actualidad no hay ninguno), el 60 por ciento de 4 estrellas y el resto de 3 estrellas.

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