Una señora bajo la arboleda de la plaza de los Patines aguarda el arranque de la comitiva que protagonizaron ayer más de treinta entidades ciudadanas en la ofrenda floral a la Mare de Déu de la Salut, patrona de Palma. Otros afinaban la flauta. La iniciativa que tuviera el político popular José María Rodríguez parece haber cuajado con inquilinos opuestos a su ideología política. Como novedad, este año los de la Asociación de Vecinos de Es Fortí pedían a los participantes que vistieran ropa de payés. Así que entre xeremiers y personas de calle, portaban sus claveles y manzanas las mujeres de rebosillo y los hombres con pantalón bombachos.

Organizado por la Federació Palmesana d´Associacions i Entitats Ciutadanes, el desfile tenía una clara misión: depositar a los pies de la imagen de la Mare de Déu de la Salut la ofrenda floral, que estos días está de fiesta.

Avanzó la comitiva por la calle Olms, mientras concluía el oficio en el templo y la arteria comercial de Sant Miquel despejaba el latido de la tarde para hacer pasillo a las más de trescientas personas que iban a la iglesia.

La ex alcaldesa de la ciudad, Catalina Cirer, apuraba la espera de charla con unas amigas a la entrada del templo. Muy cerca, la organización no gubernamental Fundación Jigi Seme pedía dinero para los niños sedientos de Burkina Faso.

Esta tarde, tendrá lugar la misa oficiada por el obispo de Mallorca Jesús Murgui en la parroquia de Sant Miquel. Un día después, Gaspar Caballero hará una visita guiada por la Porta de Santa Catalina.