¡Al fin! Ésta es la expresión con la que todos los profesores de economía acogimos la llegada de los contenidos económicos a los niveles obligatorios de nuestro sistema educativo con la implantación de la materia de Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial. Porque no lo olvidemos, como decía nuestro gran humanista, Jose Luís Sampedro: "es más probable que un alumno acabe sus estudios habiendo estudiado lo que es la calcopirita, pero sin haber estudiado jamás lo que es un banco". Y eso, es una cosa terrible a todas luces.

Pero el Proyecto de Real Decreto por el cual se establecerán las especialidades de los cuerpos docentes de enseñanza secundaria, asigna esta materia a la especialidad de: ¡Filosofía!. ¿Por qué? Desde la CEAPES: Confederación Estatal de Asociaciones de Profesores de Economía en Secundaria creemos que son básicamente dos las razones que para ello.

La primera es que la reforma educativa de la LOMCE ha provocado que la especialidad de Filosofía pierda peso dentro del currículum por lo que parece lógico, que no comprensible, que se haya tenido que articular una medida de contrapeso para mitigar tal pérdida de representatividad por parte de esta especialidad, y como consecuencia, es ahora la especialidad de economía la que sale claramente perjudicada. La segunda es que si no es el profesorado especialista de economía el que imparte esta materia, el fracaso del objetivo previsto con la implantación de esta materia será proporcional al que se daría si esta especialidad fuese la responsable de impartir cualquier asignatura propia de la especialidad de filosofía.

Creemos y queremos dar a conocer a la Administración Educativa que una educación económica: financiera, emprendedora, empresarial€ de base, es decir, integrada dentro de los objetivos generales de la Educación Secundaria Obligatoria y de las competencias que se presupone que todo el alumnado debe conseguir al final de su educación obligatoria, necesita de una didáctica, de una metodología, de una evaluación€, en definitiva: de un desarrollo curricular específico, el cual le corresponde al profesorado de la especialidad de economía porque es el único capaz de implementar programaciones, proyectos y unidades didácticas de educación económica: financiera, emprendedora, empresarial€ con rigor pedagógico-científico.

Por tanto, y para que las palabras del profesor Sampedro puedan callarse de una vez por todas, reclamamos de las altas instancias del Ministerio de Educación el mismo respeto para la especialidad de economía que el que le corresponde y se merecen, el resto de especialidades didácticas responsables del desarrollo curricular de nuestro sistema educativo.