Se trata de saber aprovechar las oportunidades y hacer méritos. De crecimiento estrictamente político, se entiende. El Govern sigue con la mirada dirigida en exclusiva hacia Madrid y no desaprovecha ocasión alguna para hacer profesión de fe inquebrantable y adhesión incondicional a los postulados que emanan de la doctrina Rajoy, o Montoro, que tanto dá. Este es su principal dogma.

El Ejecutivo de Castilla-León ha presupuestado para 2014 la devolución de la paga extra de Navidad que se retiró a todos los funcionarios públicos en 2012. Cuando se ha preguntado al Govern Bauzá si piensa tomar muestra y hacer lo mismo, casi se ha indignado ante el atrevimiento de tal planteamiento. Ha dicho que en este archipiélago, donde sus gestores públicos se las dan de serios y responsables, no se entra en "subastas" de tal calibre. Por tanto, nada de especulaciones, cábalas y alimentación de falsas esperanzas. Simplemente, cruzar los brazos y a esperar órdenes. Si algún día, quizás en 2015 que es año electoral, el Gobierno decide restituir la extra navideña de 2012, el Govern también pagará porque no le quedará más remedio pero, de su comportamiento y de las insinuaciones que se dejan caer desde la conselleria de Hacienda, ya se deja entrever con claridad que lo hará a regañadientes, por mera disciplina de partido, vaya. Así aprecia y gratifica el Govern Bauzá a quienes le sacan las castañas del fuego sin salir en la foto.

Le llaman "subasta" pero es secuestro. La paga extra de Navidad se ha convertido en moneda de cambio para los funcionarios públicos, quizás ahora peor vistos por su "patronal" que por la población a la que sirven. En Cataluña se vuelve a perder el aguinaldo navideño este año, pero en el resto de comunidades y en la Administración del Estado se recupera. Se presenta empaquetada de gracia especial en vez de derecho consolidado y regulado.

Aquí el Govern sostiene con rotundidad que no dispone de los 65 millones necesarios para corresponder a sus 27.000 asalariados y de forma indirecta se viene a reñir a Castilla-León por haberlos dejado en evidencia, al salirse de programa y comprometer para el próximo año la devolución de lo retenido en 2012.

Todo es muy relativo. El Govern, sin duda, puede exhibir unos balances impolutos que clarificarán con nitidez como no queda un euro para compensar las retenciones de nómina. Sin embargo, aún desde la precariedad que utiliza para justificar su actuación, en los presupuestos de 2014, después del gran recorte que acabó con 600 puestos de trabajo, el mismo Ejecutivo también ha sabido crear las plazas que ha considerado oportunas. Todo sería menos sospechoso si la mayoría de ellas no fueran cargos de confianza o puestos directivos.

Deberemos concluir pues que el elemento determinante es la voluntad. El Govern no devuelve la paga extra de Navidad porque no tiene la voluntad ni la prioridad de hacerlo. Esta es la principal motivación. Todo lo demás es relativo. Los tribunales están empezando a emitir señales y resoluciones en firme en el sentido de que el complemento debe ser restituido. Ya ocurrió en Portugal y si se consuma la misma tesis en España, entonces el Gobierno la restituirá de una forma u otra, pero intentará hacerlo como mérito propio y sin reconocer la actual reivindicación laboral en los estrados judiciales.