La sociedad japonesa está mostrando una transformación de los patrones de comportamiento sorprendente e inédito. Se trata del "Sekkusu shinai shokogun", que significa síndrome del celibato.

Mujeres y hombres jóvenes tienden a rechazar no solo el compromiso de una pareja estable, que eso ya se está viendo en occidente en los ADR (amigos con derecho a roce), sino un total rechazo a toda forma de relación sexual.

Y no se trata de cuatro freakys. Medios tan serios como The Guardian o la BBC News, publicaron en octubre que un reciente sondeo comprobó que el 46% de mujeres entre 16 y 24 años no están interesadas, o detestan, el contacto sexual; y más del 25% de los hombres se sienten igual.

Las relaciones a largo plazo y el contacto humano están siendo reemplazados por una gratificación instantánea, como el sexo casual o apareamiento corto, la pornografía en internet, las "novias" virtuales y las caricaturas Anime.

Tal es la magnitud de este proceso que, según las predicciones, Japón se encamina a un precipicio demográfico por el que habrá perdido un tercio de su población para 2060. Cual una tormenta perfecta, las causas que según los informes convergen en este momento en la juventud de la sociedad japonesa son:

· El rechazo al modelo por el cual el hombre asumía interminables jornadas de trabajo y la mujer quedaba relegada al encierro del mundo de la ama de casa.

· La imposibilidad de alcanzar o superar el nivel económico de los padres.

· La prolongación de la dependencia que lleva a parasitar a los padres y a la no disponibilidad de recursos para el cortejo (invitaciones y regalos a la novia y planes de familia)

· La visión pesimista sobre el futuro, alimentada por la magnitud de los recientes desastres naturales y la crisis económica nacional e internacional.

· La pérdida del efecto coercitivo de las costumbres que marca la tradición y que la modernidad está diluyendo.

Para la psicología clínica, abocada a mejorar la gestión que un individuo hace de sus recursos, las actitudes generalizadas que traen los cambios culturales representan una dificultad.

La idea de salud psíquica y normalidad con que nos manejamos los psicólogos, también los juristas y los sanitaristas, choca cada vez con más frecuencia con los patrones de culturas diversas a medida que aumenta la globalización y la mezcla cultural producto de los grandes flujos migratorios. La ablación del clítoris femenino, las bodas amañadas con niños, la restricción a los derechos de la mujer, son algunos ejemplos de la dificultad de distinguir entre psicopatología y culturas.

Uno de los pilares más sólidos de la idea de salud psíquica es la noción de inter-subjetividad o sea la capacidad de relacionar la subjetividad propia con la subjetividad de otra persona. El autismo supone la imposibilidad de establecer esta relación al igual que la violación y toda forma de dominio o violencia en la que se ignoran los deseos del otro.

El fenómeno japonés de los célibes, ha dado lugar a la aparición en el mercado de un programa del fabricante de juegos de ordenador Nintendo que se llama Love Plus, viene en una tableta y es una novia virtual. Hace ya 18 años que se creó Tamagochi la primer mascota virtual. Pues, dada la ductilidad del psiquismo humano Nintendo decidió lanzar este producto. ¡Y funciona!

"No es bueno que el hombre esté solo", es el título de una las joyas del cine español de los setenta dirigida por Pedro Olea, describe con ironía y humor negrísimo el refugio del personaje, encarnado por el genial Jesús López Vázquez, en el amor a una muñeca y el rechazo a una mujer real que intenta entrar en su universo.

El aspecto más profundo y universal que está en cuestión es lo que podría llamarse arquitectura del amor. Ya se trate de padres e hijos, amigos, hermanos o amantes, si las necesidades de la persona amada no son tenidas en cuenta el amor fracasa. De hecho, en casi todas las consultas por conflictos familiares o de pareja ese es el meollo que hace a ambas partes sentirse frustradas y víctimas.

Resulta tranquilizador y hasta cómico pensar que la solución de las novias virtuales son una rareza más de la cultura japonesa, que nos pueda resultar tan ajena. Al fin y al cabo, es un tópico lo sufridos, disciplinados y emocionalmente contenidos que son los japoneses. Cuando ocurrió el último gran terremoto y el devastador tsunami que le siguió, los testimonios periodísticos no mostraron imágenes de caras llorosas ni expresiones de tragedia.

Sin embargo no es así. En estas circunstancias del Japón actual hay muchos elementos en común, no solo en las causas de lo que está ocurriendo sino en tendencias que ya están entre nosotros. Además de las coincidencias que puedan verse en nuestra sociedad con la tormenta perfecta de los jóvenes japoneses, estamos viendo un aumento espectacular de búsqueda de relaciones por internet y la paradójica soledad que acompaña la facilidad de contactos. Otra coincidencia es la inmaterialidad progresiva de las comunicaciones que evolucionaron (o involucionaron) de lo presencial al teléfono y del teléfono a los escuetos textos del whatsapp y las redes sociales. En fin, que quizás lo que está ocurriendo en Japón más que una rareza lejana sea un anticipo caricatural.