El patriotismo –me decía W., camino de Fráncfort– es una convicción íntima que me puede servir como fe privada, pero no para ganar dinero y a mí me pagan para esto". Somos viejos amigos de colegio mayor y ahora él gestiona una importante cartera de renta fija corporativa para un banco español. Nos vemos dos, tres veces al año, cuando viene a Mallorca a visitar a sus padres o cuando yo subo a Madrid y él no se encuentra de viaje. Ha trabajado en Londres, en Nueva York, en Madrid, cada vez en cargos de mayor responsabilidad. Uno a veces le tiene como "garganta profunda" para las cuestiones financieras y así saber algo de lo que se cuece en los círculos de decisión económica. Estos días, me sorprendió su optimismo: "España no necesitará acudir al Fondo de Rescate, ningún país se saldrá del euro, se están haciendo las cosas bien...". Cuando le pregunté si su defensa de la economía española era por patriotismo, W. se molestó levemente: "Al final del camino –afirmó– la realidad se casa con los fundamentales y los fundamentales de nuestro país no son tan malos. En mayo, la situación era crítica, pero se tomaron medidas y están funcionando. El déficit se está reduciendo rápidamente y se reducirá más aún. Todo esto es doloroso, lo sé, pero era imprescindible que Zapatero acometiera estas reformas para dar una señal de confianza y de credibilidad al mercado… Que España necesite acudir al Fondo de Rescate es posible pero no probable. Te lo diré de otro modo: por fundamentales macroeconómicos, España no necesita acudir al Fondo y si eso sucediera –que yo no lo creo– no sería debido a la realidad económica sino a lo que se llama el headline risk, esto es, el pánico desatado por la prensa y por toda una serie de noticias interesadas sin que hayan sido previamente contrastadas. Lo que sucede es que hay gente que está ganando mucho dinero poniéndose corto con España, vendiendo España... Pero ahora no tiene ningún sentido que la prima de riesgo de la deuda española sea tan alta como en mayo, antes de que el gobierno tomara todas las medidas encaminadas a reducir el déficit.

El euro no quebrará, eso es legal y técnicamente imposible, además de una estupidez. En serio, las posibilidades de que el euro desaparezca o de que algún país se salga del euro son cero. Otra cosa es que no se vivan tensiones fuertes y ataques especulativos de gran dureza a lo largo de todo el año, sobre todo en los primeros meses de 2011. Pero sinceramente, estoy convencido de que la crisis de la deuda soberana se va a estabilizar en el segundo semestre de este año y creo que quien compre España en estos momentos –sí, lo sé, asumiendo riesgos, jugando a contrarian– va a ganar mucho, mucho dinero". Cuando nos despedimos le pregunté por la gente de la calle, por los parados, por la crisis que está viviendo el ciudadano medio. "Eso –me contestó– llevará mucho más tiempo. La recuperación no va a ser fácil".