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Opinión

Por tierra, Mar, aire y subsuelo

Por tierra, Mar, aire y subsuelo

La congestión debe continuar. Todas las medidas adoptadas en Mallorca por el Pacto de Progreso tienden a aumentar una capacidad de carga desbordada desde décadas atrás. El ataque despiadado a la isla prosigue por mar ­—el vertido de ayer mismo—­, tierra —el atasco diario—, aire —aumento de los millones de pasajeros— y ahora subsuelo. El absurdo Metro de Matas, con unas cifras de ocupación que son las mas bajas de España y que recomendarían su cierre, se prolonga para transmitir la fe en el crecimiento salvaje.

El Metro es una parábola de la voluntad de privar a los mallorquines de la contemplación de su isla. El sueño de los políticos consiste en que los minúsculos seres engullidos por la cueva artificial no volvieran a emerger a la superficie. Trabajarían en condiciones subterráneas como los robots de la ´Metrópolis´ de Fritz Lang. No entorpecerían el disfrute de la superficie, reservado a las grandes fortunas.

La izquierda da la razón al PP, y a lo grande. Es curioso que el proyecto de ampliación del Metro de Matas contemple inicialmente el ParcBIT, donde Florentino Pérez no posee intereses comerciales, y se olvide de Son Espases. Se señala que la villa tecnológica, también ideada por Matas, desplaza a tres mil trabajadores. Pues bien, el hospital emplea a más de cinco mil, una cifra multiplicada por el tráfico de pacientes y familiares que se dejan una fortuna en el generoso aparcamiento con hospital adosado que PP y PSOE regalaron al magnate.

Miles de mallorquines desistieron de afincarse en Madrid o Barcelona para evitar la civilización basada en el Metro, a cambio de someterse a las desventajas de la insularidad. Ahora tienen lo peor de ambos mundos, y la izquierda los retira de la circulación como si se avergonzara de ellos. Estorban a los turistas y al Govern.

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