¿Cuánto se van a gastar y durante cuánto tiempo?
Este plan de inversiones se pensó inicialmente para un periodo de tres años, entre 2015 y junio de 2018, y un capital de 315.000 millones de euros. Pero visto el éxito de este programa el pasado diciembre decidimos ampliarlo hasta 2020 y una inversión de 500.000 millones de euros.
¿Qué proyectos financiarán en Balears?
Hay dos proyectos en marcha. Uno es para Palma y se ha traducido en la inversión de treinta millones de euros para reemplazar los autobuses más contaminantes de la EMT, los que tienen más de catorce años, y van a ser sustituidos por otros vehículos que van con gas. El otro proyecto es de ámbito estatal. Consiste en facilitar la interconexión de diversos puertos con la red de transporte terrestre, incluido el puerto de Palma.
Entiendo que estas inversiones son un préstamo que habrá que devolver, no son una subvención.
El 'plan Juncker' nació con la idea de utilizar el presupuesto europeo de manera más eficaz. Hemos trabajado mucho con subvenciones, pero esto son instrumentos financieros. Consideramos que así podemos llegar a muchos más proyectos porque no consumimos el presupuesto.
Es decir, que habrá que devolverlo. ¿Con mejores condiciones que las que ofrece un banco?
Sí, seguro.
¿Empresas y particulares también pueden recurrir a ese fondo?
En toda España hemos aprobado 54 proyectos relacionados con infraestructuras e innovación. Además hemos firmado dieciocho acuerdos con intermediarios que facilitan financiación a pequeñas y medianas empresas. Con excepciones. No vamos a financiar proyectos relacionados con armas, por ejemplo, porque va contra el espíritu europeo.
Balears sufre una dependencia excesiva del turismo. ¿Los economistas tienen alguna receta para diversificar?
Una receta es salir del concepto de 'sol y playa' y apostar por dirigirse a un turismo de calidad que te dé ingresos todo el año y no solo tres o cuatro meses. En Europa el sector digital y tecnológico ofrece muchas oportunidades para diversificar. Imagino que Balears también se mueve en ese ámbito.
El turismo genera una gran riqueza, pero se nota poco en la economía real, la de los ciudadanos. ¿Hay que resignarse?
No, porque si quieres cambiar, tienes que involucrarte. El problema es que cualquier cambio no será de un día para otro, ni de un año para otro. Hacen falta ideas para diversificar y buscar la implicación del sector público y del privado. Creo que instituciones como la Cámara de Comercio hacen un gran trabajo en este sentido.
Balears cobra un impuesto turístico desde hace dos años por persona y noche...
Sí, yo he tenido que pagarlo esta mañana...
Bien, pues los hoteleros están en contra porque creen que reducirá la llegada de turistas. ¿En la Comisión Europea son partidarios de ese tipo de tasas?
Le daré mi opinión personal. El turismo tiene costes para el territorio que visita y es normal que el turista contribuya al pago de esos costes en infraestructuras, medio ambiente... No veo ningún problema. Y si un turista decide no venir por no querer pagar uno o dos euros...
Los ciudadanos sienten que Europa está cada vez más lejos. ¿En qué están fallando?
Trabajamos todos los días para comunicar todo lo que hacemos, pero está claro que no es suficiente. Tenemos que viajar mucho y es difícil llegar a todos los sitios. Creo que los jóvenes sí valoran los beneficios de vivir en la Unión Europea gracias a iniciativas como el programa Erasmus.
En los peores años de la crisis Juncker y otros dirigentes europeos recetaron austeridad. Aquello en España se tradujo en importantes recortes sociales. ¿No había otra manera de hacer las cosas?
No, aquello fue impopular pero no había alternativa. Hay que recordar en qué situación estábamos en aquella época. Se puede discutir el diseño de alguna reforma específica, pero no había otra salida que recortar el presupuesto de los países y reformar su mercado laboral.
El PP, partido que gobierna España, es noticia casi a diario por la corrupción. ¿A la Unión Europea le preocupa?
No entraré en polémicas de un país específico. La corrupción es algo que a nivel político se paga porque la gente reacciona cuando un cargo público se aprovecha de su posición.
Ustedes siempre han considerado que el conflicto de Cataluña era un tema interno de España. Pero, ¿para Europa es asumible que haya políticos encarcelados o exiliados?
Prefiero no entrar en ese tema que, efectivamente, es interno. Solo puedo decirle que todos los ciudadanos, por supuesto también los políticos, tienen que respetar la ley.
