"Cada especialista médico sabe de su especialidad y si existe la especialidad de alergología es por algo. No dudo de que los especialistas que hoy en día están tratando a los alérgicos de Balears estarán haciendo todo lo que pueden, pero no creo que sus pacientes estén satisfactoriamente asistidos", señalaba ayer Albert Oehling, presidente de la sociedad balear de Alergología.

De esta manera, el responsable de esta sociedad científica lamentaba la idea del Servei de Salut de contratar el próximo año a un único alergólogo para que actúe como "asesor" en casos de alergias complicadas para los profesionales que en la sanidad pública balear tratan estas patologías. A saber, otorrinos, neumólogos, dermatólogos e inmunólogos.

"Estamos satisfechos porque se ha puesto la primera piedra para que la Alergología esté por fin presente en el Servei de Salut. Pero un único profesional para atender a una población de 1,2 millones de habitantes, aunque sea como asesor, nos parece un poco escaso", añadió el presidente.

"La alergología debería estar representada como cualquier otro servicio médico, como lo está en todas las comunidades autónomas de este país", subrayó este especialista de la Clínica Rotger que, como los otros once facultativos con esta especialidad que trabajan en Mallorca, lo hacen en la sanidad privada.

Así, Oehling estimó que sería necesario crear este servicio médico en cada uno de los hospitales públicos de las islas aunque, siendo más realista, admitió que no estaría mal crear inicialmente este departamento en Son Espases pero, eso sí, dotado al menos con cuatro médicos con esta especialidad.

"La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un alergólogo por cada cincuenta mil habitantes. Disponer de uno para una población de 1,2 millones es realmente muy escaso", recalcó.

El presidente de esta sociedad científica advirtió además de que las condiciones climáticas de las islas hacen que se produzcan muchas alergias durante todas las épocas del año y calculó que la población isleña afectada por problemas alérgicos ascendería a unas 350.000 personas.

También lamentó Oehling que se quiera seguir mareando a los alérgicos derivándoles a varios especialistas cuando, dijo, "es bastante habitual que un paciente con rinitis y asma también desarrolle dermatitis atópica o alergias alimentarias. El coste de esto es tremendo. No solo asistencial sino también indirecto por las ausencias al trabajo o a la escuela. Sería más barato y efectivo contratar a más alergólogos, porque un especialista debe tratar a sus pacientes, no asesorar a otros para que lo hagan", sentenció.