Habían pasado poco más de dos semanas desde las elecciones europeas de 2014. Era un domingo de un mes de junio. Podemos había irrumpido por sorpresa como tercera fuerza en Balears. Y, sin estructura, más allá de los círculos que empezaban a organizarse bajo un fenómeno que canalizaba la indignación y las propuestas del 15-M, 300 personas desbordaron un local de Esporles. A partir de ahí nacía el reto de estructurar y dar forma a un proyecto que debía lograr gobernar las instituciones de la isla en el tiempo récord de un año.
Tres años después, el partido está en las principales instituciones de las islas gobernando o influyendo en las decisiones políticas. Sin embargo, aquel grueso de personas entregadas, aquellos nutridos círculos por toda la geografía del archipiélago y la unidad de un movimiento de caras desconocidas ha quedado ya atrás. El partido afronta ahora unas primariasEl partido afronta ahora unas primarias con las que quiere recuperar parte de esa implicación y de esa expansión que lo catapultaron en su día. Aunque serán cuatro candidatos, Laura Camargo y Mae de la Concha son las dos mujeres llamadas a enfrentarse por liderar esta nueva etapa de entrada a la madurez.
Camargo fue la cara más visible del partido tras la irrupción de Podemos en 2014, es ahora portavoz del partido en el Parlament y tiene el apoyo de todo el grupo parlamentario y de los principales rostros de la formación. De la Concha venció las primarias de 2015 para ser candidata al Congreso -aunque luego fuera relegada por el fichaje de Juan Pedro Yllanes- y ahora cuenta con el apoyo del aparato y del entorno del todavía secretario general del partido Alberto Jarabo, enfrentado con la portavoz parlamentaria, precisamente, desde el momento en que hubo que afrontar este proceso de primarias, convocado en mayo y luego pospuesto a este mes.
Reactivar los círculos
Las dos coinciden en reconectar con las bases, en reactivar esos círculos y volver a la participación que tan atractivo hizo para muchos el partido en sus primeras andaduras. "En estos dos años se han hecho las cosas demasiado rápido, con muchos aciertos, pero a costa de la implicación y de escuchar a los círculos. Tuvimos una fase de desbordamientos que fue muy difícil de gestionar", señala Camargo. "Al final nos alejamos de esa participación que nos pedía el 15M. Los círculos dejaron de ser el sitio en el que se debatían los temas. No se trata de votar cada decisión, pero sí de escuchar y mantener el contacto. Ha habido muy poco debate, por no decir ninguno", relata la ahora aspirante a liderar el partido. De la Concha coincide en líneas generales con ese análisis: "Nos vimos desbordados. Había que conseguir entrar en las instituciones y mientras montábamos un partido. Mucha gente se agotó y se fue. También hubo gente que vio que no era su partido", atribuye también al hecho de que muchas personas se hayan ido alejando. "Pero tampoco se ha vaciado, se ha seguido y hay mucha gente trabajando".
Las dos se marcan que el partido vuelva a esa participación y encontrar mecanismos para conjugarlo con su trabajo institucional.
Adaptarse al nuevo escenario
Otro de los retos es su implantación territorial. Pese a ser la tercera fuerza política de Balears, su presencia en la mayoría de municipios es residual. "Durante estos años hemos hechos cosas extraordinarias, pero municipalismo no hemos hecho mucho, más bien muy poco", lamenta la Camargo. "En los pueblos fue más difícil, en los pequeños no es fácil posicionarse y ser de Podemos. Hay que agradecer a la gente que ha estado dando la cara", señala, por su parte, la diputada De la Concha.
Más allá, toca volver a situar al partido en el tablero. ¿Cuál debe ser el papel de Podemos en esta nueva etapa? "Lo que no debemos renunciar es a esa idea de ser un partido-movimiento, al que el resto de la izquierda ha renunciado", plantea Camargo. Por su parte, De la Concha defiende que "hay que adaptarse a cada momento político y coyuntura. Lo que nos debe guiar son los objetivos: mejorar la vida de la gente".
Y como plantea Jarabo, ¿toca entrar en el Govern? "Entrar en este momentos nos quitaría margen para presionar y conseguir medidas que hemos conseguido", defiende la portavoz en el Parlament. "El debate ahora no es ese. Si es necesario, se debatirá, pero por mi parte ahora no está en la mesa", evita pronunciarse la diputada en el Congreso en Madrid.
Recuperar la unidad
Quien resulte elegida secretaria general deberá afrontar también la división de un partido que ha pasado por baches importantes en estos dos años. Con el caso más destacado de la expulsión de la que era la presidenta del Parlament Xelo Huertas, y ahora con el enfrentamiento entre las dos candidaturas, del que, no obstante, las candidatas están quedando al margen. "Las cosas van como van porque el ser humano es como es y las inercias son las que son", lamenta De la Concha, que destaca que "las cabezas de lista no estamos entrando al barro". "Hay gente que se ha tomado esto como si fuera una guerra y utiliza sus aparatos de propaganda", denuncia Camargo la situación.
Las dos apuestan por ir todos a una tras las primarias. Está por ver si será posible. Podemos emprende el camino a su madurez.
