Pedro Horrach dejó la fiscalía Anticorrupción el último día de abril, según confirmó en entrevista concedida en esa misma fecha a la cadena Ser. El domingo 14 de mayo, el suplemento El País Semanal publicaba declaraciones del fiscal sobre Tolo Cursach, dentro de un extenso reportaje consagrado al dueño de la noche y titulado Corrupción en Mallorca. Dados los plazos de entrega y publicación de una revista a todo color, la conversación tuvo lugar por fuerza cuando el fiscal mallorquín formaba parte del ministerio público. Se pronunciaba por tanto, y con notable familiaridad, sobre cuestiones de las que había tenido noticia durante su cruzada contra la corrupción.
En concreto, el periodista Jesús Rodriguez se interesaba en el reportaje por la implicación personal de Horrach en la persecución judicial del empresario encarcelado:
-¿Y Cursach? ¿Nunca le investigó?
-Ahora dicen que se sabía... Pero ¿qué se sabía? Que era un tipo de la noche. Que estaba metido en un mundo oscuro. Había rumores de tráfico de drogas y de que solo declaraba lo que ingresaba con tarjetas de crédito, que debe ser como el 10% de la facturación de una discoteca. Hubo sospechas, pero nunca pruebas.
Horrach no aclara en el reportaje, consagrado a la figura del empresario, si ahora considera que ya existían "pruebas" para la privación de libertad. Se pronuncia con holgura pese a que el fiscal encargado directamente del caso era Miguel Ángel Subirán. Se cumple así con un comportamiento habitual en Anticorrupción, donde los fiscales informaban indistintamente sobre las investigaciones en curso.
Por supuesto, la situación cambia de perspectiva en cuanto Horrach asume la defensa de uno de los funcionarios implicados en la trama Cursach. El tránsito se produce solo días después de abandonar Anticorrupción, y semanas después de hablar de "rumores" y de "sospechas" infundadas.
Las actuaciones de Horrach como abogado del caso Cursach difieren ampliamente de la doctrina contundente que impuso con éxito en Anticorrupción. En El País Semanal profundizaba en ideas desarrolladas a lo largo de estos años en entrevistas y conferencias, sobre una "Administración podrida" en la que los funcionarios tienen "miedo" a denunciar. Ahora mismo, ha interpuesto una querella contra el funcionario de Calvià que ha ejercido de whistleblower o alertador contra su cliente. El instructor Penalva considera que la acción penal del exfiscal constituye una maniobra viciada, para entorpecer la investigación.
Al pronunciarse sobre Cursach en el extenso reportaje de la publicación nacional, el todavía fiscal Horrach tenía oportunidad de defender su modelo de intervención coercitiva. "Era vital detener inmediatamente a los sospechosos, incomunicarlos y tirar del hilo. Así cayeron Matas, Munar y Urdangarin". Este procedimiento infalible del fiscal Horrach ha sido denunciado por el abogado Horrach, al serle aplicado a su cliente. En cambio, una frase mantiene intacta su validez ayer y hoy. "Los malos tenían ojos y oídos en todos los lados".
