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La fiesta en paz

Urdangarin, bajo control policial

La historia no siempre elige la lógica. Los hechos desencadenados pueden descontrolarse y producir el efecto contrario al esperado por sus promotores

Urdangarin pretende eludir la cárcel y la historia. B. Ramon

Se pronuncian palabras que surten el efecto contrario al que se pretende. Se emprenden acciones que desatan resultados diametralmente opuestos a los previstos. Es el sino de la historia. Tan predecible en unos casos como imposible de aventurar en otros tantos. Referendos aparentemente controlados han acabado con el régimen de Pinochet, con la permanencia del Reino Unido en la UE o con un primer ministro italiano. Una guerra "contra el terrorismo", según sus impulsores, ha propiciado la globalización del terror.

Mallorca ha protagonizado estas semanas historias mínimas cuyas consecuencias pueden ser muy diferentes a las que los sesudos, o no tan sesudos, analistas vislumbran cuando se dejan dominar por la lógica y no calibran suficientemente el factor sorpresa.

Solo los descreídos pueden dudar de que José Ramón Bauzá es el mejor candidato para presidir el Partido Popular y para aspirar a reconquistar el Consolat de la Mar. ¿Acaso existe otro político balear que haya logrado sacar a la calle a cien mil personas? ¿Acaso algún otro candidato de la derecha sumó 35 escaños en el Parlament la primera vez que concurría a las urnas? ¿Acaso su derrota cuatro años después no es atribuible a la política de recortes de Mariano Rajoy y a algún pequeño error de estrategia del que se ha curado en el Senado? Su alianza con Aina Aguiló, la mujer que de haber vivido siglo y medio atrás hubiese inspirado el aria más famosa de Giuseppe Verdi, refuerza esta tesis.

Solo el propio Joserra Bauzá y Biel Company deben mosquearse con el protagonismo político que María Salom está dando a un cargo anodino y políticamente independiente como es el de delegada del Gobierno. Con las filtraciones interesadas que fomenta desde su cargo pretende convertirse en la auténtica líder de la oposición al Govern de semirrojos, ecosoberanistas y ultrarrojos marginando de este papel a los aspirantes a presidir el PP. ¿Acaso no ha sido siempre Salom una política intrigante que ha maniobrado desde las sombras para apartar a sus enemigos en el partido? Así jugó siempre sus cartas para ser presidenta del Consell, diputada o, sin ir más lejos, delegada del Gobierno. Y si no se lo creen, pregunten a Jaume Font o a Pere Rotger.

Solo los republicanos radicales y ciegos ante la evidencia pueden creer que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han tenido un trato de favor por parte de la Justicia española ¿Acaso se puede encontrar a otro presunto delincuente que haya tenido las 24 horas del día a tres policías siguiéndole los pasos tanto si esquía en los Pirineos como si disfruta de unas vacaciones en Hawái?

Solo los muy rojos, bermellón tirando a carmín, pueden criticar la salida de Juan Pedro Yllanes desde la Audiencia Provincial hacia el Congreso de los Diputados para quedarse relegado en el gallinero del grupo podemista. ¿Acaso no ha sido una bendición para la derecha que dejara de dictar sentencias contra los corruptos?

Solo los muy monárquicos están legitimados para convocar manifestaciones ante la Audiencia Nacional para protestar airadamente por la condena de tres años y seis meses de prisión al rapero mallorquín Valtonyc por sus canciones contra la Corona ¿Acaso dictar una sentencia de este calado por el uso de la palabra -repugnante uso de la palabra si se quiere- no es una maniobra tramada por algunos jueces para favorecer el advenimiento de la III República?

Solo Montse Seijas y Xelo Huertas tienen derecho a erigirse en guardianas de las esencias de Podemos pese a su expulsión del partido. ¿Acaso no defendieron las dos diputadas díscolas lo mismo que Pablo Iglesias tras en congreso de Vistalegre II? O sea, que los nuestros siempre tienen razón con independencia de la validez de sus argumentos y a los adversarios hay que apartarles, marginarles y machacarles.

Quizás Bauzá no vuelva a presidir el PP balear, tal vez la III República no llegue nunca, es posible que Valtonyc, como Urdangarin, eluda la cárcel. Sin embargo, a algunos les gusta jugar con fuego.

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