Dicen de los niños, pero los políticos pueden llegar a ser muy crueles entre ellos. Algunos en el Govern Armengol le han cogido el gusto a hacer porras sobre quién será el primer conseller en caer esta legislatura. Esperança Camps siempre ha estado en la terna de los debilitados, en estrecha competición con Vicenç Vidal y Joan Boned. Últimamente la titular de Cultura y Transparencia las encabeza todas.
“No se habla con ninguno de sus directores generales”, corre la sentencia sobre Camps entre bastidores gubernamentales. El malestar empezó entre la menorquina y sus altos cargos mallorquines; recientemente parece que se ha extendido también a los cargos de la isla vecina. La última en distanciarse de la consellera sería su secretaria general, Ruth Mateu, perteneciente al llamado “clan de Ciutadella” -en palabras también gubernamentales- que desembarcó en la Conselleria cuando el nombramiento de Camps. Parece ser que el mayor apoyo de la consellera es ahora su jefa de gabinete, Àngels Álvarez, los dos asesores de prensa, y poco más.
En el departamento apuntan al carácter de Camps y la actitud que viene tomando como las causas de las desavenencias. Que la presidenta del Consell de Menorca, Maite Salord, impusiera a varios de los nombramientos ciutadellencs tampoco ha ayudado.
En su partido, Més, hay disparidad de opiniones. El diputado menorquín Nel Martí es su mayor defensor, no en vano fue quien la fichó. Combate a ultranza la coletilla “hace cuarenta años que no pisaba Menorca”, que cuelgan a Camps sus detractores. También la apoya el vicepresidente Biel Barceló, que alega las dificultades que ha tenido Camps para montar una Conselleria nueva desde cero. Otros colegas de siglas son menos considerados y empiezan a admitir que su consellera es una de las que más “flojean” en el actual Ejecutivo. Aun entendiendo sus circunstancias personales, que viva en Valencia los fines de semana, “desconectada de la realidad balear”, es también objeto de crítica interna, tratándose de una consellera del Govern.
Camps campea el temporal, consciente de que le llueven algunos cuchillos. Sabe que es pronto para crisis de gobierno, pero de todos modos le conviene tener a mano el teléfono de los bomberos. En algún momento habrá que sofocar el fuego.
A Armengol le dimite un alto cargo por trimestre
El último en dar portazo al Govern ha sido Joan Pou, exdirector general de Farmacia. Pero no el primero. En solo ocho meses a Armengol ya le han dicho adiós la que fue directora general de Función Pública, Vanessa Servera, y el exdirector gerente de la Agencia Balear de Turismo, Miquel Àngel Roig.
A excepción de la de Servera, donde sí pesaron los motivos personales (aunque no fueron los únicos), las otras dos renuncias se deben al ambiente poco propicio para que salga el trabajo, por decirlo grosso modo. La media sale a un alto cargo por trimestre; a los tres que se han ido se suma alguno que otro que ya ha entrado en la fase de meditación. A este paso la presidenta socialista logrará el mismo ranking que Bauzá.
Ana María Aguiló va por libre
El PP balear ha suspendido de militancia 10 meses a Ana María Aguiló por discutir en público con el secretario general. Hace tiempo que la exdiputada es una fuente de problemas para el partido, que ahora se la quiere quitar de encima definitivamente.
El sector de don José María Rodríguez aprovecha las continuas andanzas de Aguiló para tratar de desgastar a Tito Fiol, señalándole como el responsable de meterla en las listas y de tutelar sus constantes papelones. Pese a ser ella antirodriguista, no es Fiol su padrino; fue Bauzá quien alimentó a la polémica parlamentaria, azuzándola a los docentes en la pasada legislatura. Luego el Consolat vio que se le había ido de las manos, pero el fenómeno ya era imparable.
En el entorno de Fiol se desentienden de la tuitera popular, a la vez que advierten “nerviosismo” en su otrora rival. Si al presidente del partido en Palma se le complica su futuro judicial, en el PP nadie duda de que Fiol no se quedará de brazos cruzados. El exconseller juega de nuevo, esta vez alineado con Company.
IB3 no pudo retransmitir desde Quíos
En su viaje para comprobar el drama de los refugiados en Quíos, acompañó a Miquel Ensenyat “un equipo de IB3”, en palabras de un portavoz del Consell de Mallorca. La cadena asegura que se trata de una productora externa que paga la institución. En cualquier caso, los profesionales desplazados no pudieron mandar imagen alguna desde la isla griega, por falta de señal y la precariedad de los medios en la zona. Los reportajes sobre la expedición se han emitido ya de regreso.
