Un año y medio después de las detenciones por la protesta en defensa del aborto libre y gratuito de un grupo de jóvenes que irrumpieron en la iglesia Sant Miquel, el Obispado de Mallorca, como acusación particular, pide cuatro años de prisión para las seis personas encausadas.

Los hechos se remontan al 9 de febrero de 2014, cuando una treintena de personas entró a la iglesia de Palma con consignas a favor del derecho al aborto libre y gratuito, interrumpiendo una misa. Los feligreses expulsaron a los manifestantes que grabaron en vídeo su acción.

El grupo proabortista se defiende y considera que su protesta fue legítima porque "no es ningún delito denunciar públicamente a través de este tipo de acciones la no conformidad con una política hecha a espaldas de los ciudadanos". Por lo tanto, exigen la absolución de las feministas encausadas y continuarán llamando a movilizaciones y la desobediencia civil defendiendo los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres: "No toleraremos ninguna injerencia, ni política ni eclesiástica", concluyen en un comunicado.