Felix Pons Marqués (1910-1970) fue ayer el protagonista de un sentido homenaje que el Colegio de Abogados de Balears tributó al que fuera su decano. El acto, que fue impulsado por su hijo, el diplomático Josep Pons, se celebró ayer tarde en la sede colegial y contó con la presencia de casi un centenar de asistentes. Acudieron al homenaje, entre otros, el president del Govern, José Ramón Bauzá, y el alcalde de Palma, Mateo Isern, así como personajes del mundo de la abogacía balear. Antes de dar paso a las intervenciones, en el acto se exhibió un documental, realizado por su hijo Josep, en la que se detalla la vida de Félix Pons Marqués, que compartió su dedicación al Derecho, con su implicación en la política española, sin olvidar jamás su pasión por el fútbol, llegando a ser presidente del Real Mallorca. La filmación hace un repaso de su vida desde el aspecto personal hasta el profesional, con entrevistas a familiares y compañeros que compartieron la misma profesión. Todos ellos definieron a Félix Pons como una persona honrada, por encima de todo, con profundas convicciones religiosas.

En la presentación del acto, el decano de los abogados, Martín Alenyar, calificó a Félix Pons Marqués como "maestro entre los maestros" y, sobre todo, como "un abogado con mayúsculas, que ha dejado un legado de honradez y respeto hacia los demás", sin olvidar su trayectoria política, de la que destacó su "esfuerzo en recuperar la democracia y los derechos de los ciudadanos".

Pons Marqués falleció el 24 de febrero de 1970 y la prensa local calificó su muerte como día de duelo para la ciudad o de gran pérdida para la abogacía. Se escribieron decenas de artículos, entre ellos, Camilo José Cela, así como varios de sus compañeros, que por encima de todo lo consideraban una persona honesta y honrada, tanto a nivel personal como profesional. Como profundo creyente, Félix Pons Marqués estuvo siempre relacionado con los movimientos políticos democristianos. Nunca apoyó la dictadura franquista, según destacaban ayer sus amigos, y se implicó en los movimientos para recuperar la democracia, además de defender la unión de todos los países europeos. En el año 1962 asistió al llamado Foro de Múnich, un congreso de movimientos políticos europeos. Esta presencia le costó unos meses de confinamiento en la isla de Lanzarote, ordenado por el régimen franquista como consecuencia de su intervención en este acontecimiento político. Y aunque vivió lejos, según destacaban sus amigos, se mantuvo siempre en contacto con las personas más próximas, sin olvidarse jamás de Mallorca.

El abogado José Zaforteza Caubet, gran amigo de Pons Marqués, destacó de él que se trató de un jurista que por encima de todo defendía la honestidad y la honradez, sin olvidarse de su profundo conocimiento del Derecho Civil. El exdecano de los abogados aún guarda cartas que recibió de Félix Pons cuando estuvo confinado en Lanzarote. Además de leer algunos párrafos, destacó que debido a sus profundas ideas religiosas, siempre le insistía en que estaba obligado a perdonar a los políticos que le habían tratado peor que a un criminal, al obligarle a vivir aislado en una isla lejana, sin haberle ni siquiera acusado en un juicio.

En el acto de homenaje también intervinieron el abogado Antoni Coll, el diputado Eugenio Nasarre y la catedrática emérita de filosofía moral, Victoria Camps.