La oposición acogió ayer con críticas la nueva ley promovida por el PP, especialmente en lo que atañe a la prohibición de usar los símbolos oficiales de la Comunidad con fines ideológicos, o de publicitar mensajes con carga política por parte de funcionarios en sus puestos de trabajo.

"Este Govern tiene una obsesión por los retrocesos democráticos, solo mira al pasado -déficit- y que no haya lazos a favor del catalán", sentenció Biel Barceló (PSM). La ley de Símbolos y la de la convivencia escolar "no tienen ningún sentido" para Barceló, que pide su retirada, ya que "solo contentan a los sectores más extremistas del propio electorado del PP". Barceló talda de "estalinista la fijación de este govern por fiscalizar las ideologías", y critica a modo de ejemplo que con las nuevas leyes, "no se podrá poner un lazo rojo en una escula para conmemorar el día internacional del Sida".

"Vive de espaldas a la sociedad civil, le hace falta volver a la realidad", dijo del Ejecutivo Bauzá el diputado Cosme Bonet (PSOE). "Solo así se entienden este tipo de leyes mordaza, el PP no quiere escuchar críticas", remachó el socialista.

Por su lado, la portavoz del grupo parlamentario popular, Mabel Cabrer, defendió la necesidad de aprobar la ley de Símbolos porque permitirá garantizar la "neutralidad y objetividad" de las administraciones públicas. "Consideramos que es necesario clarificar, de una vez por todas, el uso de los símbolos, cómo se pueden utilizar en las instituciones públicas de las Islas Baleares". Cabrer recordó que se trata aún de un borrador y que "hasta el día 5 de diciembre todos los que quieran puedan hacer alegaciones". m. f./ virginia eza palma