­Las negociaciones que restauradores, salas de fiesta y hoteleros iniciaron para adoptar una postura consensuada ante la futura Ley Balear del Turismo cuenta ya con un documento sobre la mesa que ambas partes están estudiando, y que tiene como objetivo básico el fijar límites a las actividades complementarias que los negocios turísticos podrán desarrollar.

El proyecto del conseller Carlos Delgado contemplaba el que tanto hoteles como comercios, locales de restauración y salas de fiesta pudieran desarrollar legamente una actividad ajena a la suya principal, es decir, que un establecimiento de alojamiento pudiera ofrecer también conciertos, por citar un ejemplo, o una discoteca incorporar un restaurante.

La propuesta elaborada por restaurantes y discotecas, que está siendo analizada por la patronal hotelera, contempla que estas actividades complementarias solo puedan ser desarrolladas, sin necesidad de conseguir una licencia específica, por los establecimientos de alojamiento que permanezcan abiertos durante un mínimo de 320 días al año. Además, se quiere que el aforo suponga como máximo el 150% de las plazas. Es decir, un hotel de 500 camas podría organizar conciertos para un máximo de 750 personas, por citar un ejemplo.

Respecto a la prohibición de que los clientes de un hotel saquen bebidas y comida del mismo, todas las partes están de acuerdo en que eso no debe suponer una sanción para la empresa, y que ésta solo estará obligada a instalar carteles informativos. Finalmente, se admite la necesidad de fijar unos niveles mínimos de calidad en la oferta del todo incluido.