El botellón se descontrola en s´Arenal. Esta temporada, las pajitas de metro y medio y los tradicionales cubos cargados de bebidas alcohólicas se han popularizado más de la cuenta. La Asociación Empresarial de Actividades Turísticas, preocupada por las dimensiones del fenómeno, ha tomado cartas en el asunto. Con el beneplácito del Ayuntamiento, hoy colgará carteles de grandes dimensiones en la zona del balneario número 5. Los calderos con las pajitas aparecen tachados en los rótulos con un aspa de color rojo.

El gerente de la asociación de empresarios, Jesús Sánchez, confía en el carácter disuasorio de los paneles. "El turista alemán, el más abundante en la zona, es más disciplinado que el inglés", asegura. Al margen de su naturaleza informativa, los carteles se instalan con el propósito de "ayudar" a la Policía Local en la aplicación de la ordenanza reguladora del uso cívico de los espacios públicos, la conocida ordenanza ´antibotellón´.

El consumo de alcohol en la calle se ha extendido sin límite. "Los jóvenes cuden con equipos de música de enormes dimensiones. El ruido es ensordecedor. La zona se está degradando rápidamente", resume Jesús Sánchez. Los empresarios de actividades turísticas esperan que los paneles resulten tan efectivos como los que se instalaron en la playa de Santa Ponça, prohibiendo los picnics en el pinar colindante.

Intereses divergentes

El año no está siendo nada sencillo para los industriales de la oferta complementaria –bares, restaurantes, salas de fiestas y ocio en general–. Los clientes se les escapan de las manos. O beben en la calle o se quedan consumiendo en los hoteles si han volado a Mallorca con un paquete todo incluido.

El próximo 23 de agosto se reunirán las cinco asociaciones más representativas con el conseller de Turismo, Carlos Delgado, a quien reclamarán unas "reglas de juego" en materia de todo incluido, cambios de uso y macroconciertos en hoteles. Cada día se hace más evidente que los intereses de los hoteleros y los empresarios del ocio son más divergentes, cuando no entran en colisión. Las discrepancias no se limitan al el convenio colectivo que ambas partes han compartido históricamente. Los segundos se quejan de que los hoteleros han entrado en su parcela de negocio a través del all inclusive y de la organización de eventos en sus establecimientos. Y temen que lo estén haciendo con el respaldo de la conselleria de Turismo.

Su sospecha se fundamenta en un informe jurídico reciente en el que la Conselleria rectifica su posición inicial. El documento concluye que los conciertos que organiza el Hotel Mallorca Rocks de Magaluf "se ajustan a la normativa turística vigente" y que el establecimiento no necesita solicitar "ninguna autorización de tipo turístico" ni al ayuntamiento de Calvià ni al departamento autonómico, a excepción de la preceptiva licencia de actividad. "Los hoteleros, con la licencia de alojamiento, pueden hacer de todo", critica Jesús Sánchez.