Eduard Soler Lecha es doctor en Relaciones Internacionales, licenciado en Ciencias Políticas y experto en la zona del Mediterráneo, un "punto de encuentro" entre el norte y el sur, entre oriente y occidente. Trabaja como investigador del Centro de Estudios y Documentaciones Internacionales de Barcelona (CIDOB) y colabora con el ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Ayer participó en el Seminario sobre Seguridad y Defensa en el Espacio euromediterráneo, celebrado en la Universitat.

– ¿Qué es la ´política mediterránea´?

– La política que la Unión Europea y los estados miembros desarrollan hacia los países de la cuenca mediterránea, incluyendo los países árabes, Turquía, Israel y los Balcanes. La política mediterránea es un marco de relación entre 43 países.

– ¿Pero para qué nos sirve a los ciudadanos esta política?

– Nació una vez que cayó el muro de Berlín para intentar que no saliera otra línea de fractura política, económica, social y de percepciones, pero esta vez en el Mediterráneo. Una de las grandes aportaciones es que es capaz de reunir en torno a una mesa y en momentos muy complicados a los países europeos, con los árabes, israelíes y turcos, en un mismo marco. Sirve para hablar y hacer cosas de mil tipos, hay mil proyectos y hay dinero, que sale de los impuestos de los europeos porque la UE ha considerado que esto es una prioridad.

– ¿Cuáles son los principales problemas de seguridad de esta zona?

– El problema endémico, desde 1948, es el conflicto árabe-israelí. Tiene una capacidad de contaminación a escala de todo el Mediterráneo. Es un problema que nos acaba afectando a todos por que esta herida abierta da alas a movimientos políticos extremistas. Y los objetivos están en Oriente, pero también en Europa. Otros de menor intensidad pero también muy importantes es el de Chipre y el del Sáhara. Tenemos coletazos también de los Balcanes. Y también hay otras amenazas de otra naturaleza. Por ejemplo, imagina que hay una crisis en Argelia, nosotros nos abastecemos de gas de allí. Un proceso de desestabilización en Argelia amenaza directamente a Balears. Nos afectan los temas de seguridad energética, de cambio climático...

– ¿Las ´pateras´ son un problema de seguridad?

– El primero es el problema de la seguridad de la persona que va en la ´patera´. El otro problema es que es un germen de crimen organizado, de mafias, algo que es una amenaza para los países vecinos y también para el nuestro. Hay dos formas de solución: intentar favorecer el desarrollo en los países de origen, algo en lo que España fue pionera; y establecer unos controles de frontera mínimamente eficaces.

– ¿Qué opina del cambio de Moratinos por Trinidad Jiménez en el Ministerio?

– Los ministros tienen capacidad para marcar agenda si el presidente les deja. A Moratinos le dejaron un margen de maniobra importante y no tendrían por qué no dejárselo a la ministra entrante. Será capaz de aportar su visión personal. Moratinos tenía un conocimiento muy importante del Mediterráneo y Oriente Medio y se volcó mucho con la zona. Trinidad Jiménez tiene más experiencia con América latina pero se ha comprometido públicamente con la zona del Mediterráneo.