El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, concedió ayer una entrevista a DIARIO de MALLORCA para hablar de una "rara avis de la política" como fue Fèlix Pons, fallecido el pasado viernes en Palma. A Bono y Pons les unía una profunda amistad y la militancia en una misma facción que el político manchego califica de "cristianos socialistas", además de haber sido ambos presidentes del Congreso de los Diputados, durante una década el mallorquín y el castellano en esta legislatura. Se conocieron en Mallorca antes de la muerte de Franco, cuando daban sus primeros pasos en la militancia socialista.

–¿Qué ha representado para la política española Fèlix Pons?

–Era un hombre moderado, pero firme. Era un hombre que procedía del cristianismo y supo hacer compatible su fe y sus ideas. Siempre trabajó en la dirección del entendimiento, siendo una persona serena pero activa. Todo ello hizo de él un gran político en unos momentos en que la serenidad, la firmeza y la moderación no abundaban en exceso. Yo le dije en alguna ocasión que era una rara avis de la política. Un hombre elegante y sereno, cualidades estas que desgraciadamente no adornan a todos los que nos dedicamos a este oficio.

–¿Cómo conoció a Fèlix Pons?

–A Fèlix Pons le conocí en Mallorca cuando yo militaba en el Partido Socialista Popular de Tierno Galván. En la isla teníamos un representante, el doctor Mora, que fue quien me lo presentó y comimos juntos. Esto ocurría antes de la muerte del general Franco. En aquel primer encuentro ya sintonizamos, hasta que nos encontramos de nuevo en el Partido Socialista de antaño como socialistas cristianos dentro del PSOE.

–¿Qué anécdotas recuerda de su relación con Fèlix Pons?

–En una ocasión, en que a los cristianos socialistas se nos ponía en entredicho por parte de los sectores más radicales de la Iglesia, Fèlix Pons salió a defendernos. Dijo que si fuera incompatible ser cristiano y ser socialista habría que cerrar la mitad de las iglesias de España y la mitad de las agrupaciones locales del Partido Socialista. Esta afirmación fue muy importante y acertada en aquellos momentos.

–¿Cómo era en el trato con el Pons que usted conoció?

–Era un hombre flexible, pero de principios firmes. Quizá algunos no recuerden que dimitió como miembro de la ejecutiva balear del PSOE en 1979, cuando vio rechazada una ponencia defendida por él. Aquella ponencia reflejaba sus planteamientos sociales y demócratas y por ello decidió marcharse.

–Usted afirmó que a Fèlix Pons le unían sus ideas y su fe.

–Sí. Ambos pertenecemos a un sector del socialismo moderado, los dos procesamos una misma fe y además ninguno de los dos somos nacionalistas y jamás hemos trabajado por robarle terreno al nacionalismo. Este era un campo que tanto Fèlix como yo respetábamos, pero nunca le hemos querido hacer la competencia. Él pensaba en una izquierda no dogmática, tolerante y en absoluto radical, pero sí abierta a otras corrientes. Yo, también compartía toda esa ideología que defendía Pons y continúo compartiéndola.

–¿Cómo era la convivencia de los socialistas cristianos, como usted y Fèlix Pons, con las alas más de izquierda del Partido Socialista, como por ejemplo con Alfonso Guerra?

–Era una convivencia muy cómoda y muy respetuosa en aquellos primeros años en el Partido Socialista. Nunca tuvimos problemas los cristianos en el socialismo, más bien tuvimos problemas los socialistas en la Iglesia. Yo creo que hay más dogmatismo en algunos sectores del clero que en el Partido Socialista, es la verdad. En la época en que Fèlix Pons y yo empezamos en política, la corriente eclesiástica que representó el cardenal Tarancón era mucho más aperturista que la actual. Tenga en cuenta que Tarancón decía aquello de que los obispos españoles tenían tortícolis de tanto mirar a Roma y en este sentido, a veces, la intransigencia se asentó más en los ámbitos eclesiásticos que en los propios ámbitos partidarios del PSOE.

–¿Qué destacaría de la etapa de Fèlix Pons como presidente del Congreso de los Diputados?

–Fue un presidente que siempre tuvo muy claro que el Congreso, era además de la depositario de la soberanía de todos los españoles, el principal garante de la paz, de la libertad y del pluralismo. Aplicó durante sus tres mandatos estos principios con firmeza, lo que le fue reconocido por el conjunto de los diputados.

­–¿Asistirá usted el martes a los funerales de Fèlix Pons?

–Efectivamente, el martes viajaré a Mallorca para acompañar a la familia en su funeral y a todos los mallorquines ante tan sensible pérdida. También asistirán todos los presidentes del Congreso de los Diputados de las últimas legislaturas, así como la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.