La patronal de los promotores de Balears manifestó ayer su rechazo al proyecto del Ley del Suelo aprobado por el Govern, al considerar que aumenta las trabas administrativas y dificulta la recuperación del sector frente a la actual crisis económica, según destacó su presidente, Gabriel Oliver.

Al respecto, admitió que aunque la actual legislación es excesivamente dispersa, ésta siempre resultará mejor que la nueva norma que el Ejecutivo balear quiere tramitar ante el Parlament, por cuanto "lo que necesitamos ahora es una ley dinamizadora, y no un texto que parece pensado para 2006, cuando existía un exceso de oferta".

En primer lugar, el presidente de los promotores consideró que el proyecto de ley no solventa del todo la actual dispersión legislativa, y además alarga algunos plazos, como en el caso de las suspensiones de licencias cuando se elabora un nuevo planeamiento.

También criticó que se deje abierta la puerta a los Ayuntamientos para que apliquen cupos en la concesión de licencias, lo que en su opinión favorece el que se especule con el suelo disponible.

Gabriel Oliver cuestionó el endurecimiento de las condiciones para que un suelo urbano pase a ser considerado solar para su edificación, al opinar que esta medida podría ser positiva en teoría, pero conlleva un desconocimiento de la realidad balear.