La prohibición total de fumar en los establecimientos de hostelería supondrá la "ruina total" total del sector. Así de tajantes fueron ayer las declaraciones del vicepresidente de la asociación balear de restauración, Francisco Martínez, ante el proyecto del Gobierno central de endurecer las restricciones al consumo de tabaco. Según esta organización empresarial, el veto al tabaco en bares, cafeterías y restaurantes supondría una caída del 10% en su facturación, que se sumará al descenso del 14% que se ha acumulado ya entre 2008 y 2009 a causa de la crisis económica.

Esta denuncia fue planteada ayer en Palma por Francisco Martínez, acompañado de la también vicepresidenta de la citada asociación sectorial, Pilar Carbonell, y del presidente de la Caeb, Josep Oliver. Según se señaló, el impacto más duro de la prohibición lo recibirían los locales de ocio nocturno, con un recorte en sus ingresos que se situó por encima del 15%, seguidos de los bares y cafeterías, en las que ese descenso oscilaría entre el 10% y el 15%. En el caso de los restaurantes, la reducción se cifra en un 7%.

Francisco Martínez subrayó que esta posible pérdida en los ingresos sería insostenible para muchos negocios, especialmente para aquellos bares y cafeterías de pequeño tamaño y gestión familiar, lo que en su opinión conllevaría numerosos cierres, aunque no quiso hacer ninguna estimación sobre el número de bajas que podrían darse en las islas. El vicepresidente de Restauración-Caeb apuntó varios ejemplos respecto a los efectos que la prohibición total tendría sobre el sector, como el hecho de que los fumadores renuncien al café después de las comidas al no poder disfrutarlo junto a un cigarrillo, ya que sólo esta posibilidad se cifra en una caída del 8% al 10% en los ingresos de numerosos establecimientos, o el que muchas personas decidan no ir a ver el fútbol a un bar al verse obligados a estar dos horas sin fumar.

Según la patronal balear, entre el 40% y el 45% de su clientela vincula el consumo de productos de hostelería al de tabaco, un porcentaje alto porque este último se concentra entre los adultos con empleo. Como ejemplo, se señaló también que un 70% de las mesas que se reservan en los restaurantes son para fumadores, ya que basta que uno de los comensales lo sea para que los demás se adapten a sus preferencias.

El vicepresidente de la asociación de restauración reconoció que la tendencia es a elevar las prohibiciones relacionadas con el consumo de tabaco, pero consideró que el momento actual es el "peor" posible debido al impacto de la crisis económica. Además, tanto Francisco Martínez como Josep Oliver recordaron las inversiones que muchos establecimientos tuvieron que hacer para adaptarse en 2006 a la actual normativa vigente, como la separación de espacios o la instalación de nuevos sistemas de refrigeración, y que ahora no tendrían ya la menor validez, pese a que el desembolso medio se cifró entre los 10.000 y los 30.000 euros.

Y un aspecto sobre el que se hizo hincapié es que el proyecto planteado por el Gobierno central no se mueve en la línea de la Unión Europea, ya que sólo Irlanda ha aplicado una prohibición total, lo que según la patronal ha conllevado el cierre del 24% de los bares y del 8,6% de los restaurantes de ese país. También Croacia aprobó ese veto total al tabaco en la hostelería en mayo del pasado año, pero en septiembre se vio obligado a dar marcha atrás por los perjuicios que se estaban causando al sector. Francisco Martínez advirtió que el objetivo de los empresarios de la hostelería es que la nueva ley española no llegue ni siquiera a tramitarse en las Cortes –todavía no se dispone de un borrador de la misma–, para tener que evitar así posibles rectificaciones como la croata.

De este modo, se recordó que muchos países de la UE, como Portugal, Italia, Alemania, Austria o Suecia tienen una legislación muy similar a actual española, en la que se regula la convivencia entre fumadores y no fumadores, y que el caso de Irlanda es absolutamente excepcional.