El PP balear se quedó ayer sin su segundo presidente en 26 meses, tras dimitir del cargo por sorpresa Rosa Estarás, alegando motivos de salud y en pleno escándalo judicial del Palma Arena, donde su nombre ha salido a colación por boca de varios encausados. También renunció su número 2, el secretario general Guillem Estarellas, su máximo hombre de confianza en su etapa como líder. El alcalde de Marratxí y hasta ahora vicepresidente del PP, José Ramón Bauzá, fue elegido ayer mismo nuevo presidente.

Estarás –que continuará como eurodiputada, y por lo tanto aforada al más alto nivel– negó que su dimisión estuviera relacionada con el caso del velódromo, pese a que uno de los imputados en el mismo, el alto cargo del Govern del PP Antonio Amengual, declarara el jueves ante el juez que el ex presidente Jaume Matas y la propia Estarás firmaron actas falsificadas de juntas en las que se adoptaron decisiones clave para la obra: "Me voy por temas de salud. En este caso, he sufrido como presidenta del PP porque creo que se han hecho injusticias con algunos compañeros, pero yo no tengo ninguna relación con el Palma Arena, no he asistido a ninguna reunión, ni he firmado nada, porque no era mi competencia", recordó la ex vicepresidenta, que siempre ha señalado a su antiguo compañero Matas como responsable político directo del Palma Arena, y quien daba todas las instrucciones sobre el proyecto.

La dimisionaria explicó que venía padeciendo desde hace más de un año "un problema de arritmia en el corazón, que se ha visto agravado en las últimas fechas con taquicardias supraventriculares y una disfunción de tiroides", que le han obligado a continuas asistencias hospitalarias, "tres en los últimos días", destacó.

El hecho de tener que permanecer ingresada durante varias horas en la tarde del jueves, junto a las peticiones de su familia y las recomendaciones de su equipo médico de que debe adoptar "hábitos de vida más tranquilos", dijo, es lo único que le ha llevado a decidir su renuncia "irrevocable", que tomó esa misma noche y que no comunicó a los máximos dirigentes del partido hasta ayer sobre la una, afirmó.

La dimisión de su número 2 la justificó por el hecho de haber ido los dos de la mano durante este periodo al frente del partido, pues desde el principio pactaron que el cargo de Estarellas iba ligado al de Estarás.

"No hay mal que por bien no venga, desde el principio de mi mandato he predicado la necesidad de renovación en el partido; para culminar el proceso, la última que faltaba por renovar era yo", repitió hasta en tres ocasiones Estarás.

"Es un día feliz para la familia del PP, hemos hecho un relevo, y por mi parte estoy contenta. Doy un paso atrás por motivos de salud, pero seguiré trabajando por el partido desde el Europarlamento", manifestó la ya ex presidenta, quien rehusó criticar en público a los barones por las batallas intestinas vividas desde que fue elegida presidenta: "Uno ha de estar contento de sí mismo. Cuando estás en el gobierno, parece que eres más guapo, delgado e inteligente; cuando estás en la oposición, no tienes tantas cosas".

Estarás, que dejó claro que no se postulará "a ningún cargo de ámbito local ni autonómico", celebró que durante su mandato se haya "combatido la corrupción", expulsando a todos los que "habían engañado a la gente y al partido".