El ´caso facturas´ de la Guardia Civil parecía un supuesto de corrupción de baja intensidad. Su escasa cuantía y el hecho de que el dinero público no hubiera sido desviado a bolsillos privados, sino que tan sólo se cambió irregularmente su destino, parecía minimizar su gravedad, como interpretó la fiscalía. Sin embargo, la Audiencia es implacable. La sala recuerda que los principales protagonistas eran dos mandos de la Guardia Civil y les condena, con la que está cayendo en otros casos, a penas de obligado cumplimiento por manipular un único expediente para la reforma de un baño.