El concurso del holding Drac Plus y de Vicenç Grande como empresario particular es la anunciada rotura de una gran presa, que en su desmesurada riada va a arrastrar a muchos. Grande, al igual que otros antaño poderosos constructores y promotores españoles, no ha sabido frenar a tiempo y ha seguido, pese a las múltiples señales de peligro, endeudándose hasta los cien mil millones de pesetas en una alocada carrera hacia no se sabe dónde. Pero algunos, con posiciones muy importantes en las entidades financieras y la política, han alimentado la insensata locomotora de Grande y se han lucrado considerablemente en la travesía. Y ahora sólo quedan 600 millones de euros en deudas, un club de fútbol hipotecado, y varios solares que a precio de mercado en crisis no valen apenas nada.

La lenta Justicia va a tomar cartas en el asunto, pero es más que dudoso de que esta historia acabe bien.