Menos es más. Esta es la máxima que el escritor y colaborador de este diario, Carlos Garrido, ha seguido para la creación de su último espectáculo, que se estrenará esta tarde a las 20.30 horas en Can Balaguer: Mallorca màgica. La propuesta se basa en la sencillez y su creador afirma que la intención es, sobre todo, emocionar. La base de Mallorca màgica es, precisamente, el libro que publicó en 1987 que recopilaba una serie de artículos y reportajes sobre las tradiciones y leyendas mágicas de la isla. Así pues, pensando en "darle la vuelta", a Garrido se le ocurrió preparar espectáculos divulgativos en pequeño formato que pudieran representarse en diferentes espacios de un "cierto nivel cultural", también cargados de simbolismo, como cementerios, monumentos o ermitas. Además, otra de las intenciones es reivindicar "la parte irracional del mundo, que la racionalidad y que parece que ya no existe, pero sí que existe. "Intentamos dar una forma actual al imaginario popular, a todas las emociones universales como el duelo, la estacionalidad, que antes se representaban, por ejemplo, con bailes".

Sin atrezzo ni escenario

El resultado es una representación, que cuenta con la producción de Cultural-ment y el apoyo del Ajuntament de Palma, de seis temáticas mágicas (los fantasmas, brujos, el Comte Mal...) siguiendo las mismas líneas y pautas. En primer lugar, Garrido ofrece una lectura breve, contextual, para situar al público, de lo que dice el libro sobre ese tema en concreto; después de la pequeña presentación, la músico Mariona Forteza, interpreta a guitarra y voz canciones del Cançoner Popular (que recopiló Rafel Ginard) que ella misma ha musicado: "hago píndolas musicales que hacen de contrapunto emocional entre las presentaciones de Garrido y las interpretaciones de Bibiloni. Algunas letras están adaptadas adaptadas. En cuanto a la música, las letras son tan buenas que con un pequeño apoyo musical ya cogen mucha fuerza. Por eso, en la línea del espectáculo, la música será sencilla". Y cuando acaba la música, llega la interpretación de los monólogos a cargo del actor Joan Bibiloni, quien asegura que trabajar con Garrido ha sido muy "fácil".

Además, comenta que a sus 75 años sigue trabajando aunque no se escriban tantos papeles para personas mayores, por lo que se muestra agradecido. El actor también señala la dificultad de tener que interpretar a seis personajes diferentes en una misma función, sin cambios de ropa ni de escenario, porque nada de eso ocurre en Mallorca màgica: no hay atrezzo, no hay vestuario, no hay escenario; simplemente una iluminación cuidada y la calidad interpretativa de Bibiloni. "Tener el público tan cerca permite que si el actor vibra durante su actuación, vibre también el público".