El tenor de Belgrado Zoran Todorovich empieza mañana un ciclo de cuatro conciertos en Mallorca junto al pianista Francesc Blanco. La idea de esta gira nació el año pasado, cuando ambos músicos se conocieron al realizar un concierto en la terraza del club de golf de Costa des Pins. El escenario del primer recital es el claustro del Convento de Santo Domingo en Pollença y Francesco Paolo Tosti es el compositor que protagoniza el primer acto. "Si hago algo desde el corazón, tengo que hacer algo que va más con mi voz", explica sobre el músico escogido. "El romanticismo italiano es para todos, y sobre todo en verano. No quería interpretar a compositores alemanes que son más fríos", añade desde su residencia mallorquina. También cantará obras de Leoncavallo, Puccini, Mascagni y Gastaldon, con obras que el público quiere escuchar en la voz de un tenor.

El cantante reconoce que tiene talento para la música. En su adolescencia aprendió a tocar la guitarra y el acordeón de forma autodidacta. También se probó en algunas bandas e hizo algún tour, pero no se imaginaba que pudiera vivir de la música. A los 20 años acompañó a su novia a un ensayo de canto coral, y el director del coro y también del Conservatorio de Belgrado le ofreció la posibilidad de convertirse en cantante profesional al escucharle. Sorprendido se presentó a la audición, y así empezó a estudiar en el conservatorio. Continuaría sus estudios en el Instituto de Música de Fráncfort. Ya no hay papel que se le resista, son 30 años de carrera y mucha experiencia. "Interpretar a Otello era uno de mis grandes sueños", explica Todorovich, uno de los diez únicos tenores del mundo capaz de interpretar al personaje, apunta. Hizo el debut el pasado año en Deutsche Oper am Rheim, de la que es residente. Hace tres años renunció a hacer el papel. "Supe que tenía que esperar hasta estar seguro de que no perdería mi voz", continúa. Los cantantes de hoy en día a veces pueden llegar a forzar su voz para conseguir nuevos registros, sin embargo, tener paciencia es una de las claves del éxito. "Siempre he cantado sin estrés", explica, se necesita una voz fuerte, técnica y mucha preparación para poder ejecutar cualquier personaje. "Cada noche es diferente, siempre estás un poco nervioso, pero lo controlas. Tienes que estar tres horas perfecto", añade.

"Me permito a mi mismo 40 actuaciones al año, y el debut de la próxima temporada es La judía de Halévy en la Opera House de Amberes, Bélgica". Su personaje ideal se encuentra dentro del verismo, movimiento italiano de finales del siglo XIX y principios del XX. "Expresas una voz muy emocional y con mucha más energía que con los personajes de Verdi. Por eso siento que mi voz es mucho mejor en este movimiento". Verismo es como la vida real, por eso, se siente muy bien en este arte. Al sentir la emoción del personaje puede transmitirlo al público, y el público percibe la exaltación. "Si yo lloro, ellos lloran, porque lo sienten", explica, "y la reacción del público es el mejor premio que recibo", añade. "Para mí es lo que hace la ópera tan fuerte, tan importante. Conmover a la gente con el poder de la música es realmente bonito".

"Esta isla es maravillosa"

Desde hace diez años viene a Mallorca para desconectar. Tenía una percepción de una isla demasiado turística, pero llegó a un pequeño rincón del Este y descubrió su belleza. Es posible encontrar lugares que no estén colmados de viajeros pero "el único problema ahora, es tenerlo bajo control. El negocio es el negocio. Más y más negocios, y algún día llegará a ser solo hoteles y turistas", apostilla.

Para él es muy importante que mallorquines como Blanco lleven a cabo proyectos como este: "Personas como él pasan a la acción, no solo hablan. Es muy fácil decir: la cultura de Mallorca es pobre, no es suficiente, no es de buena calidad ... Es muy fácil criticar. Pero si vas a criticar, haz algo, y hazlo mejor".