Mercè Gambús y Catalina Mas participaron ayer en la ponencia La conservació del patrimoni de la Catedral de Mallorca i els seus reptes de futur, en el marco del coloquio organizado por los diez años de la Capilla del Santísimo.

Catalina Mas contó que, precisamente, ella le debe su trabajo de conservadora de la Catedral a la obra del pintor mallorquín. "El perfil profesional de conservador se crea a raíz de una necesidad. Mercè estaba involucrada en la reforma que Barceló hizo de la Capilla, pero necesitaba ayuda con temas de conservación. Yo tengo estudios en ese campo, así que me pidió consejo" contó Mas.

La conservación de la Seu

Aunque el puesto de conservadora sea relativamente reciente, Gambús destacó que la historia de la conservación de la Catedral siempre ha estado presente. "Gracias a la documentación, bien detallada, sabemos que hay un largo historial de reparaciones y mantenimientos", dijo. No obstante, también remarcó que en realidad a la Seu nunca le ha pasado nada. "Hay catedrales en Europa que se vieron afectadas por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial. Aquí no sucedió. Nuestra catedral se ha mantenido intacta".

Que a la Seu nunca le haya pasado nada es un problema según Gambús y Mas. Explicaron que eso ha llevado a un nivel de protección que ahora "no se puede clavar ni un gancho sin un estudio previo". "De ser así cuando Barceló reformó la Capilla del Santísimo habría sido un problema. Hemos momificado la Catedral", explicó la conservadora.

Para Gambús la liturgia es el programa. "Todas las reformas deben servir a un propósito litúrgico y lo antiguo retirarse si se restaura con algo nuevo. La Seu no debe convertirse en un almacén, hay que renovarla. Por eso se le pidió a Gaudí que presentara un proyecto y por eso se le propuso a Barceló reformar la Capilla. Porque no fue idea suya. El Capítulo de la Catedral necesitaba esa reforma y se condicionó la entrega del Doctor Honoris Causa de Barceló con el proyecto de la Capilla del Santísimo", contó la profesora.

La reforma del pintor ha cumplido su primera década, pero en realidad esta no se terminó. "Hay problema de mobiliario y con la instalación eléctrica que aún no se ha subsanado. Es un problema del que somos conscientes", concluyó Gambús.