Leonard Cohen, el legendario cantautor y poeta canadiense que murió este viernes a los 82 años, sentía una especial debilidad por Mallorcaa la que visitó como turista antes de hacerlo como artista. Tenía el don de hacer levitar a su público y en la isla muchos tuvieron ese privilegio.

Confesó su admiración por la isla en 1988, a su llegada a Palma horas antes de ofrecer un concierto en el Auditòrium. En aquel tiempo tenía 53 años y contó que ya había estado en Mallorca paseando años atrás como un turista más.

Regresó en agosto de 2009, tras su reconciliación con los escenarios. Fue en el Palma Arena y con casi 75 años que encandiló a más de 3.000 personas con su poderosa voz, durante tres horas. El público de la isla se rindió al poeta en un concierto íntimo y desgarrador. Las infantas Elena y Cristina, Iñaki Urdangarin y Rosario Nadal con Kyril de Bulgaria lo escucharon desde la zona vip.

"Visita Mallorca cada veinte años, las dos últimas veces cantando. Suponiendo que cante. Recitando, o mejor rezando, el oratorio de su desolación redentora. Con Leonard Cohen somos más exigentes que con otros artistas, o tan exigentes como debiéramos serlo con otros artistas", decía el periodista Matías Vallés entonces sobre ese concierto que quedará en la memoria de sus fans de Mallorca.