Pedro Serra vacía Es Baluard. Se lleva consigo 93 piezas que nutrían los fondos del museo. Por un lado, saca 73 obras de las 86 que cedió por un periodo de cuatro años en enero de 2004, fecha de inauguración del museo. Por otro, retira también veinte cerámicas de Picasso. La irrevocable decisión se ejecutará a pesar de que Cort, Govern y Consell pidieran al editor en abril que reconsiderara su determinación de no renovar el contrato de cesión de las obras, intención que ya comunicó en febrero a la presidenta del Patronato, Aina Calvo, y que ahora cae como un chorro de agua fría sobre el museo.

El clima de colaboración condicionado que se perfiló en la reunión del Patronato del pasado mes de abril se ha fracturado. Hay que recordar que Es Baluard se había comprometido a revisar la colección permanente y a exhibirla de distintas formas a partir septiembre. A cambio, se mantenía el calendario de exposiciones temporales.

La retirada definitiva de las obras se comunicó el pasado 28 de julio al museo. En un principio, la decisión iba a afectar a las 86 obras cuyo contrato de cesión había expirado a principios de 2008. Sin embargo, la comisión ejecutiva de la Fundació Es Baluard y la dirección del museo han podido retener 13 piezas a partir de dos acuerdos distintos con el coleccionista.

"De manera generosa", califica la directora del centro artístico, Cristina Ros, "el coleccionista privado ha querido renovar la cesión de tres obras que son especialmente importantes para el museo". Se trata de La séduction inattendue de René Magritte, valorada en 901.518 euros; Eau de vie, de Nicolas de Staël, con un precio de 300.506 euros; y de Leo Gestel, Haven Palma, tasada en 48.080 euros.

La otra transacción es un tipo de permuta estipulada en los estatutos del centro artístico, "siempre que el intercambio sea beneficioso para el museo", incide Ros. En este caso, Es Baluard cambia 20 cerámicas de Picasso –propiedad también de la colección Serra y depositadas en el museo por 30 años– por 10 obras de diferentes pintores de las 86 cuyo contrato de cesión había expirado. La valoración de estos cuadros que se quedarán en el museo por 30 años y las cerámicas es equivalente: están tasados en 300.000 euros. Ros justifica que estas diez piezas son "muy importantes para la colección actual del museo". Las firmas son de Rebecca Horn, Anselm Kiefer, Pep Llambías, José Hernández, James Brown, Modigliani, Albert Marquet o Nino Longobardi.

Así las cosas, se quedarán finalmente en el museo 13 cuadros que suman un total de 1,5 millones de euros. Y Serra retira 73 valorados en 2,4 millones de euros, amén de las cerámicas.

El grueso de obras que Serra saca del museo, y cuyo destino podría ser el remozado Can Prunera para los cuadros y Málaga para las piezas de Picasso, es de artistas como Alechinsky, Arroyo, Balthus, Baselitz, Basquiat, Chagall, Clavé, Forujita, Giacometti, Julio González, Kandinsky, Klee, Matisse, o Miró, entre otros. Ros admite que hay piezas "muy buenas". Entre ellas, destaca un Tàpies "especialmente representativo", un Vasarely u otro de Manolo Valdés. Pese a ello, la directora del centro artístico señaló que el coleccionista manifestó a Es Baluard "la voluntad de prestar cualquier pieza que necesitáramos para alguna exposición temporal".

Ros consideró una "lástima" la retirada, que se dio a conocer el mismo día de febrero que el ministerio de Cultura premiaba a Serra con la Medalla de Bellas Artes. El motivo que adujo el editor para sacar las obras es el distanciamiento que sentía hacia la actual línea de actuación del centro artístico. El socio privado no estaba de acuerdo con que no se mostrara toda la colección, como hacen muchos museos. Otro argumento: el frustrado homenaje a su persona por el quinto aniversario del centro.