La colección de piezas de Son Galcerán que Christie´s sacará a subasta en Londres los días 28 y 29 de octubre está valorada en unos tres millones de libras, algo más de 3,5 millones de euros, y la acuarela de John Singer Sargent Paisaje de Mallorca es una de las obras más caras del conjunto, con un precio que oscila entre los 235.000 y los 353.000 euros.

Entre los más de 700 lotes incluidos en la puja se encuentran también piezas procedentes del Palau March, según avanzaron fuentes de la casa de pujas, que no quisieron aportar más detalles, si bien la nota de prensa remitida por Christie´s apunta que "muchas de las obras maestras que se ofrecerán (...) formaron parte del mobiliario de la planta noble del Palacio".

El secretario de la Associació per a la Revitalització dels Centres Antics (ARCA), Joan Pascual, opina que deberían controlarse más las colecciones declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) o las albergadas en edificios que son BIC, pese a abogar totalmente por el respeto a la propiedad privada. "Las administraciones", cree, "deberían incentivar con medidas fiscales a los coleccionistas para que no se perdieran determinadas piezas, importantes para la isla, y terminaran en manos del mejor postor". Pascual pone énfasis en uno de los problemas que presentan las colecciones familiares si no están protegidas: su fragmentación para venderlas y la consecuente pérdida de valor.

La colección, formada originalmente por Bartolomé March Servera y Juan March Ordinas, padre y abuelo de su actual propietario, Manuel March, "ilustra una visión perfecta de l´art de vivre" y "refleja el instinto ecléctico y el conocimiento cultural de su propietario, un apasionado del arte, la artesanía y la modernidad en cualquier soporte y de cualquier época", según apuntaron Pedro Girao y Orlando Rock, presidente del consejo asesor europeo y jefe de subastas de colecciones privadas y grandes propiedades de Christie´s, respectivamente.

Su subasta, unida al anuncio de venta del inmueble, propiedad original del Arxiduc Lluís Salvador y situado sobre los acantilados de la costa norte de Mallorca, supone una nueva baja en el ya de por sí mermado conjunto de casas señoriales mallorquinas.

"El problema es que los bienes muebles no forman parte del Bien de Interés Cultural (BIC)", apuntó ayer el director insular de Patrimonio, Biel Cerdà. Su departamento, que incluye ahora en los expedientes que incoa el contenido de las fincas, solicitará el catálogo a Christie´s para que los técnicos puedan valorar las piezas y realizar, si se estima oportuno, alguna adquisición, o dar cuenta del interés a la Comunidad Autónoma, en caso de que las posibilidades presupuestarias de la institución insular resulten insuficientes.

Asimismo, Cerdà recordó que la venta de Son Galcerán, declarada BIC en 1997, debe ser comunicada con carácter previo al Consell para que pueda ejercer los derechos de tanteo y retracto, que le permitirían hacerse con la finca en las mismas condiciones que se acuerden con un tercero, si bien su realización efectiva se perfila como improbable.