En la mañana del día 23, durante los controles realizados en el puerto de Palma a la arribada de los buques de pasajeros y mercancías, agentes de la Guardia Civil identificaron a uno de los conductores que llegaba en su vehículo. En ese momento, un perro de la Guardia Civil adiestrado en la búsqueda de estupefacientes alertaba de la posible existencia de droga en el interior del vehículo.