Ha muerto en Italia el que fue durante varias décadas uno de los hombres más buscados por la policía en Europa. Matteo Messina era uno de los capos más sanguinarios de la mafia siciliana y durante 30 años consiguió huir de la justicia hasta que fue detenido a principios de este año. Estaba acusado de más de 50 asesinatos. Ha muerto en la cárcel del cáncer que padecía. Detenido por la Policía italiana hace nueve meses y con un aspecto de hombre corriente próximo a la jubilación, se trata de uno de los criminales más sanguinarios de la historia reciente de Italia. Acusado de cincuenta asesinatos, entre ellos niños y mujeres embarazadas, presumía de haber llenado un cementerio él solo. Fue arrestado cuando acudía a una clínica para tratarse el cáncer del que ha fallecido. El descaro con el que posaba con el equipo médico da cuenta de lo seguro que se sentía y de los vínculos que lo protegieron. La caída del último jefe de jefes de la Cosa Nostra había marcado el declive definitivo de la mafia en Sicilia. Muy lejos quedan los últimos años de plomo, en los 90, cuando la organización mataba a los jueces que habían osado perseguirlos: Falcone y Borsellino, entre otros. Los aplausos y bocinas sonando en las calles de Palermo el día de su detención son la mejor prueba del alivio con el que, por fin, respiran los vecinos de Palermo y de toda Italia.