Es el sonido de la felicidad, el del traqueteo de maletas con el que para muchos empiezan por fin con el cambio de mes las vacaciones de verano. No importan las colas y aglomeraciones que se montan tanto en los aeropuertos como en las estaciones de tren, porque por delante quedan muchos días de descanso y de disfrutar. Mientras, los talleres de coches están que echan humo. La mayoría ha dejado para el último momento la puesta a punto del coche antes de salir a las carreteras y enfrentarse a los atascos hacia los destinos de vacaciones, donde también están los que, ya con tristeza, apuran sus últimas horas de vacaciones.