El 24 de julio de 2013, hace exactamente diez años, cuando Santiago se preparaba para vivir su fiesta grande, la ciudad fue escenario del accidente ferroviario más grave en la historia de España. El Alvia 04155 que cubría el trayecto entre las ciudades de Madrid y Ferrol descarriló en torno a las 20.41 horas cerca de la estación de ferrocarril de Santiago. En el accidente fallecieron 80 personas y 145 resultaron heridas. Fue el primer siniestro en una línea de alta velocidad que se produjo en España.

El tren se salió de la vía en el barrio de Angrois, en una curva pronunciada conocida como A Grandeira, al ingresar en Santiago a una velocidad excesiva para ese tramo. El vehículo circulaba a 191 kilómetros por hora cuando accedió a la curva, duplicando la velocidad máxima permitida fijada en 80 kilómetros por hora. Las investigaciones posteriores revelaron que la causa principal del accidente fue un error humano. La ausencia de un sistema de frenado automático en la curva también fue identificada como uno de los factores que contribuyeron a que se produjera el fatídico accidente.