La camarera de pisos Zulema Bacallao hace una de las 454 camas elevables del hotel Hipotels Playa de Palma Palace. Desde este año, los hoteles de cuatro y cinco estrellas de Baleares deben tener este tipo de camas, mecánicas o eléctricas, para facilitar el trabajo del colectivo de camareras de piso, uno de los más afectados por la siniestralidad laboral en el sector turístico.

Esta obligación supone renovar 300.000 camas en los hoteles de mayor categoría de las islas para mejorar las condiciones de trabajo de más de 20.000 kellys. Estas camas fueron tildadas por la candidata del PP al 28M, Marga Prohens, como "la mayor tontería en política turística". Por contra, la hotelera Carmen Riu considera que "son lo mejor que se ha hecho en el sector".