La crisis del coronavirus ha puesto patas arriba el funcionamiento de las residencias de ancianos. Las rutinas cambiaron de un día para otro: se acabaron las visitas familiares, las terapias, las reuniones en el comedor... En la de Oms-Sant Miquel, en Palma, once usuarios y siete trabajadores se contagiaron. Tras superar los peores momentos de la crisis, internos y empleados cuentan cómo la pandemia ha alterado el día a día.