Kiko Navarro (Palma, 1975), uno de nuestros DJ más internacionales, odia la expresión «reinventarse», tan en boga con la pandemia, pero tuvo que hacerlo al caer en el paro, «de forma natural», matiza, y no le quedó otra que dedicarse, «con mucho orgullo y alegría», a otros trabajos alejados de la cabina. Los disc jockeys han sido vapuleados con la Covid, con el cierre de bares y discotecas, y Navarro se entregó a la docencia, en el CEF y en la UIB, y también a un nuevo disco, Slowly, que presenta este jueves en Es Gremi (21.00 horas).
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