El abuelo de Doña Letizia Ortiz, de 90 años de edad, ingresó en el Gregorio Marañón de la capital para ser atendido de una afección cardíaca, pero desde un primer momento la familia insistió en que su estado de salud no revestía gravedad. De hecho, las declaraciones a la prensa de la hija de Francisco Rocasolano, Paloma, daban a entender que podría recibir el alta en pocos días, como finalmente ha sido.

Francisco Rocasolano trabajó como taxista hasta su jubilación, en 1991. Está casado con Enriqueta Rodríguez, junto a la que tiene dos hijos, Paloma, madre de la Princesa de Asturias, y Francisco.