Esta obra de arte contemporáneo, la más cara del mundo y titulada "For the love of God" ("Por el amor a Dios"), es una de las piezas centrales de la actual exposición del artista en la galería White Cube de Londres.

La semana pasada, tanto Michael como Goss tuvieron la oportunidad de visitar la muestra de forma privada.

Según un portavoz de la pareja, el artista y su novio se plantearon durante la visita la posibilidad de adquirir esta calavera humana enteramente incrustada de diamantes, valorados en unos 18 millones de euros y que pesan 1.106,18 quilates.

Esta pieza podría unirse así a la colección de arte de la pareja, valorada en unos 150 millones de euros y en la que ya figura la escultura "Saint Sebastian, Exquisite pain" ("San Sebastián, Dolor exquisito"), del propio Hirst.

En los próximos días, el cantante, quien el pasado fin de semana actuó en el recién remodelado estadio londinense de fútbol de Wembley, pretende presentar, junto a su novio, la Goss-Michael Foundation, una organización sin ánimo de lucro que persigue promover la carrera de artistas emergentes.