Los neumáticos de invierno son aquellos hechos expresamente para su utilización en la época más fría del año. Su mezcla ´blanda´ de caucho hace que se adapten de una forma más contundente a la calzada, pese a las bajas temperaturas. Pero además de esta optimizada adherencia, ofrecen un agarre superior y una notable reducción de sufrir aquaplanning o inesperados deslizamientos, cuando se circula por carreteras en las que hay nieve recién caída o sobre una superficie helada. Estos neumáticos se distinguen por siglas M+S (lodo y nieve) o por un símbolo de un copo de nieve.

Pensados para el calor

Los neumáticos de verano deben montarse cuando ya no haya presencia de nieve o hielo en la carretera. Al contrario que los de invierno, utilizan una combinación de caucho más dura que evita su degradación con las altas temperaturas y se adaptan mejor a este clima. De este modo, en temperaturas elevadas los neumáticos de verano mantienen su dureza y no se vuelven blandos y porosos. Aunque pudiera parecer lo contrario, no en nieve o hielo, pero sí sobre agua, los neumáticos de verano son muy superiores a los de invierto gracias a su comportamiento en la frenada y a su excelente evacuación del agua.

*Neumáticos de invierno: como se aprecia en la imagen, los neumáticos de invierno están más preparados para rodar por carreteras nevadas o heladas. Sobre estas logra un mejor agarre gracias a su banda de rodadura más abrupta que logra penetrar en la superficie.