La noticia automovilística más llamativa de la semana es posiblemente la muerte de un conductor norteamericano tras impactar su Tesla cuando este iba en modo ´asistido´ -conviene aclarar que no son vehículos totalmente autónomos-. Más allá del hecho de que el fallecido era un fanático de su coche asistido que continuamente publicaba vídeos en YouTube contando -y cantando- las alabanzas de su Tesla, conviene preguntarse si el fallo realmente fue del sistema tecnológico o, una vez más, fue un fallo humano.

Cuando te subes en un vehículo asistido o en uno autónomo -sean de producción o prototipos- lo primero que ves es una pantalla, más o menos grande, en la que hay un mensaje claro: no hay que quitar nunca las manos del volante. Nunca. En algunos modelos incluso hay sensores capaces de saber si tus manos se van del circular elemento a cualquier otra parte, avisándote de que no solo estás cometiendo una infracción, sino que además está poniendo tu vida en peligro.

Pese a que el coche ya te avisa antes incluso de empezar a conducirlo, hacer caso omiso de las advertencias puede tener consecuencias trágicas. Es evidente que en el caso que nos ocupa hubo un fallo o si no no se habría producido el accidente, pero lo que nunca sabremos es si se habría podido evitar si el conductor hubiese hecho caso al coche llevando sus manos en el volante.

Un inculpatorio reproductor DVD se encontró en el interior del vehículo, y más allá de especulaciones, lo cierto es que la cosa da qué pensar. Y sí, por supuesto que los coches asistidos todavía no son perfectos, y que los autónomos también fallan, pero seguro que con las manos en el volante la cosa habría acabado de otra manera.