Ágatha Ruiz de la Prada: “Una vida de hiperprivilegio y la familia importan más que el amor”

La creativa habla de su biografía sin tapujos, donde conviven recuerdos brutales y experiencias sin parangón

Ágatha Ruiz de la Prada.

Ágatha Ruiz de la Prada. / Javier Salas

Coco Vecino

Una niña bien que fue musa de la Movida en los 80, cuando vestía a todo color con sus primas mientras el resto iba de negro (hoy aristócrata). Que encontró en el fucsia de Schiaparelli la alegría perdida, para no dejarse caer en la depresión. Y le sirvió, junto con otros pintores de la talla de Van Gogh, como fuente de inspiración de unas colecciones de moda, no siempre entendidas por el público, pero que la convirtieron en la diseñadora española que más ha vendido. Reconocida a sí misma como feminista de las de verdad, las de todos los días. Pro aborto porque, según dice, en estos tiempos “no es el aborto lo que se toma a la ligera, sino la maternidad”. Y ahora, una mujer más visible que nunca, pese a que jamás dejó de despuntar con su trabajo y su personalidad allá por donde iba. Esa es Ágatha Ruiz de la Prada. Hoy estará en la Fundación Filomena de Redondela a las 20.00 horas presentando su biografía, “posiblemente el libro más sincero que se ha escrito en España” afirma, porque ella es “muy de contar la verdad”.

Este libro está dedicado solo a mujeres, quince ni más ni menos, ¿por qué?

Porque está dedicado a mis amigas. Se lo iba a dedicar a Isidro Álvarez, que me ha ayudado un montón. Pero luego pensé que se trataba de una publicación personal y tenía que dirigirme a ellas, que son las que siempre están, las que tiran de mí en los peores momentos.

En la segunda página habla del vídeo sexual de Pedro J. Ramírez (‘el innombrable’), ¿cómo se vive con un hombre ‘poderoso’ al que tiene que proteger? En el libro reconoce que se lo recompensó con la casa de París.

Tenía niños pequeños y cuando tienes niños se aguanta todo.

¿Qué pasa para que una mujer independiente, abierta de mente y con dinero tarde tanto en abandonar? ¿El amor nos iguala a todos?

Yo estaba bien, no soy tan romántica. Tenía mis casas, a los niños, planes maravillosos con personas interesantes. Llevábamos quince años sin discutir. Era una situación de hiperprivilegio y para mí lo más importante era haber montado una familia, mi madre se había divorciado y para mí eso, esa vida, es más importante que el amor.

¿Qué le diría a quien, viéndole en estos últimos tiempos tanto en la tele, pensara que no va a descubrir nada sobre usted leyendo?

Yo siempre he estado ahí. Si hago una exposición en Venecia y El País no dice nada de mí, no es que yo haya cambiado, porque he cambiado poquísimo, el que ha cambiado ahora es el periódico. La diferencia es que antes no necesitaba salir en la tele y que me pagan. Además, me lo he pasado genial en Sálvame. Siempre me han respetado todos. Me ven como una mujer culta. Tienen un registro bestial, pero yo cuento la verdad. Considero que las personas que se lean el libro son como amigas mías, quiero que sientan que me conocen perfectamente. Estoy leyendo el libro de Cayetana Álvarez de Toledo y está lleno de cosas que se quedan en el aire. No pone ni una sola palabra de los hombres de su vida. Y en el de Victorio y Lucchino pasan por encima. Y el ‘innombrable’ no me saca ni una sola vez en su libro después de 30 años juntos. No son sinceros. En su caso, es por el miedo terrorífico de que la otra se coja un cabreo.

Entonces, con sinceridad, ¿no se puede aguantar un embarazo con el corazón roto? (tras dos episodios en su juventud, Ágatha cuenta que abortó un tercer hijo con Pedro J. en medio del escándalo con Exuperanza Rapú).

Un embarazo sin amor es muy complicado de llevar. Tienes que tener una ilusión infinita, no en un momento que no es una prioridad.

El libro está cargado de imágenes con personalidades internacionales y muchas fotos familiares, como la de tu madre contigo recién nacida. ¿Qué significan las mujeres de su casa en su vida?

Una de las personas más importantes en el mundo para mí fue mi abuela. Era extraordinaria de guay. Nunca fueron sometidas a ningún hombre, ninguna se casó para ver si comía. La base del feminismo es el no sometimiento. Me habría gustado que trabajaran más, pero no era la época.

¿Y los hombres qué pasa con ellos para que no tengan ese peso en usted?

Mi padre, que fue uno de los mejores arquitectos de España y coleccionista de arte contemporáneo cuando nadie hacía eso, era muy egoísta. Lo único que le gustaba eran las mujeres. Eso te hace mal padre. Ellos tienen sus fantasías, sueñan con esa conquista sexual. Les encanta dominar y estar con una mujer que pueda ser más importante que ellos, les jode mucho.

¿Qué le impacta a una mujer que siempre vivió entre los más grandes?

Siempre tuve acceso por mi familia a un tipo de vida y personas interesantes. Por eso, ese efecto de impresión no es tan grande. A mí me impacta mucho la gente inteligente.

¿Algún consejo para una mujer que empieza ahora a sentirse libre?

Hay que adaptarse a todo. Y hay que disfrutar adaptándose, porque todo cambia tanto.

Con todo lo vivido, ¿conoce ya la clave de la felicidad?

El arte, para mí es fundamental. Y el trabajo. Cuando estás mal das un 5%, pero al día siguiente das el 6%, luego vuelves al 5%. Y de repente estás en 300%. Me salva de casi todo trabajar tanto.