—¿Dirige la campaña de algún partido en esta ocasión?

—Yo, no; mi oficina, Plaza de las Cortes, asesora en la campaña a Izquierda Unida. Que quede claro que yo no estoy involucrado. Si la dirigiese yo cobraría tres veces más.

—¿Cómo sacar la cabeza entre los dos grandes partidos?

—Es muy difícil, y ese es el objetivo de la campaña del tercer partido. En cualquier actividad competitiva el tercero tiene un déficit respecto al primero y al segundo. Tiene que sacar la cabeza a través de propuestas inteligentes y, sobre todo, arriesgadas, y que los dos primeros partidos no puedan aceptar porque corren el riesgo de perder una gran cantidad de votos. El partido pequeño puede ganar una pequeña cantidad de votos pero los grandes pueden perder una gran cantidad.

—¿Ve a Amaiur por encima del PNV?

—Muy justo. Seguramente Amaiur rebasa al PNV en Guipúzcoa y el PNV supera a Amaiur en Vizcaya, y puede producirse una situación bastante equilibrada en Álava. Tanto uno como otro sacarán cuatro o cinco diputados.

—¿Izquierda Unida?

—Entre seis y doce.

—A IU le ha salido la competencia de Equo.

— Sí, son competidores, pero yo creo que dos de las terceras partes de los votos se los llevará IU y un tercio, Equo. Es muy difícil que Equo llegue a obtener un escaño porque no tiene publicidad ni presencia en los medios de comunicación. En cambio, IU sacará un mínimo de seis, con posibilidad de muchos más.

—¿Los ´indignados´ del 15-M?

—Es el caladero donde va a pescar tanto IU como Equo.

—¿Qué deben hacer los candidatos en campaña?

—Lo primero, escuchar a los electores. Escuchar es básico. Segundo, tienen que ver qué les preocupa a los electores. Y tercero, tratar de mantener una posición que sea aceptada por los electores de cada partido. La gente de Izquierda Unida tiene que hacer cosas diferentes a las del PSOE y muy diferentes a las del PP. Hay que mantener durante toda la campaña una actitud lo más digna posible con respecto a la gente a la que se dirige.

—¿Qué deben evitar?

—Cualquier cosa que choque con la forma de comportamiento que esperan los electores. Cayo Lara puede llevar la camisa de cuello Mao, pero Rajoy, no, debe ir muy formal, vestir traje y corbata, mientras que Rubalcaba puede ir algo más informal porque lo que busca es una proximidad del electorado. Los candidatos tienen que estar lo más cerca del electorado posible y evitar cualquier cosa que resulte chocante a sus potenciales electores.

—La crisis y el paro acaparan la campaña, ¿era inevitable?

—Era inevitable, lo que pasa es que el segundo y el tercer partido en liza tienen que sacar otros temas. Para el PP, todo es crisis y paro; para el PSOE e Izquierda Unida es otra cosa, pero no están consiguiendo salir de eso. Quizá Cayo Lara, que está tratando de movilizar a los ´indignados´.

—Dada la situación, ¿conviene no profundizar demasiado en los programas?

—No es dada la situación. Es totalmente antidemocrático no profundizar en los programas. A muchos les importa poco que sea o no democrático. Como están por encima en los sondeos y creen que las elecciones están ganadas, procuran pasar y desearían que no hubiese campaña, pero la Constitución dice que tiene que haber campaña y contraste de programas.

—¿Importa más el candidato que el partido?

—No. El 70% son votos del partido y el 30% puede depender de los candidatos, pero en partidos de ideología fuerte el partido es cien veces más importante que el candidato.

—¿Pronostica una alta abstención?

—No, creo que habrá una abstención más baja de la que se pronostica ahora, pero, como mínimo, será del 25%.

—¿La investigación del Tribunal Supremo a José Blanco cree que pude tener repercusiones electorales?

—No, ya se vio en Valencia con el caso Gürtel, que la corrupción, por desgracia, no afecta a los resultados electorales.

—En la precampaña, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez-Rubalcaba difundieron fotos familiares, con sus mujeres y de su juventud, ¿es una buena estratagema?

—Sólo si tienen la familia adecuada y siempre que la mujer del candidato esté de acuerdo. En todo caso, eso está bien para un reportaje en revistas como ¡Hola! o Semana. El primero en sacar a su mujer y a sus niños en campaña fue Kennedy, en EE UU. A Sonsoles [Espinosa], la mujer de Zapatero, no de gustaba salir y lo evitaba. La mujer de Rajoy es estupenda y la de Rubalcaba, también. No sé si están dispuestas a meterse en la campaña. Una campaña electoral es un acto masoquista.