Si Arturo Pérez-Reverte tuviese vagina, seguramente su ginecólogo sería Javier León de la Riva, el alcalde de Valladolid que a fuerza de hablar tontamente de los "morritos" de Leire Pajín ha blindado a la ministra ante cualquier crítica seria, que las merece. Aunque si Pérez-Reverte carece de vagina es porque quiere, o porque le sale de los huevos que diría él mismo. Sólo un "mierda" y un llorica como el ex ministro Miguel Ángel Moratinos se dotaría de semejante lastre. En efecto, a un académico y navegante como Pérez-Reverte le pegaría confiar su salud reproductiva, si le saliera de la polla disponer de una, que no es el caso, a un pedazo de profesional como León de la Riva, igual que ya hace Ana Botella. Un ginecólogo que observa una mujer abierta de piernas en su camilla dispuesta a que le practiquen una citología o una ecografía, y se le va la pinza, y a lo mejor ve un dibujo animado, o a una bailarina de barra vertical, o a Carmen de Mairena diciendo que ella también va a dedicarse a la política porque la crisis azuza duramente al mundo transexual, vaya usted a saber. Son cosas que se le ocurren a cualquier ginecólogo serio y respetuoso con sus clientas tras décadas de ejercicio, y que a lo mejor tiene el cerebro en los tentáculos como el difunto pulpo Paul. O a cualquier alcalde de una capital, que mira pasar a una ciudadana con una bolsa de lencería de Women´secret y se ve obligado a suspender el pleno de lo cachondo que se pone.

Así andan de primaverales los machos alfa este otoño, que se huelen el sobaco en todos los formatos que permite la tecnología moderna y flipan. El ginecólogo y el escritor, vaya dos fenómenos con las gónadas al aire al quite de la crisis de gobierno de ZP. ¿Cómo vamos a quejarnos luego de que Aída de Gran Hermano ejerza de tertuliana? Aunque las ideas de ambos no resulten en absoluto novedosas, lo bueno es que han generado un río de chistes que van a parar a la mar, donde se encuentra Pérez-Reverte en la cubierta de su velero, leyéndose la Nueva Gramática y lamentando que ya no hay hombres recios como en el Siglo de Oro, qué Alatriste. En la propia red social Twitter, donde el académico se despachó contra la nenaza Moratinos, se le compara con Chuck Norris en cientos de metáforas tronchantes, en plan "Pérez-Reverte fue quien le comunicó a Pancho que el mierda de Chanquete había muerto"; "Pérez-Reverte va por las maternidades para decirles a los recién nacidos que son unos mierdas"; "Pérez-Reverte te quita lo bailado"; "Pérez-Reverte la tiene tan larga que tiene prepucio, pucio y postpucio"; "Pérez-Reverte se descarga discos en casa de Ramoncín" o "Pérez-Reverte está más cuadrado que un sugus".

En fin, en eso andamos, y no hojeando a los clásicos, así va este país de soplagaitas, afirmo parafraseando al autor de Territorio Comanche, encantado de que su versión del también clásico de Miguel Bosé Los chicos no lloran le haya reportado más de 2.000 nuevos seguidores en la red. Seguidores que son tan graciosos y ocurrentes como él, para muestra un tuit: "Pérez-Reverte deja embarazadas a sus lectoras con sólo firmarles un libro". Le podemos preguntar al ginecólogo-alcalde de Valladolid, pero seguro que es del todo posible.