Se llama Filip Van Liedekerke y es inspector jefe de policía de la localidad de Halle, en la periferia de Bruselas, donde este lunes se produjo la mayor catástrofe ferroviaria de Bélgica, con al menos 18 víctimas mortales y más de un centenar de heridos.

Van Liedekerke se ha convertido, en pocas horas, en "héroe nacional", desde que las portadas de toda la prensa belga, y también extranjera, publicaran una sobrecogedora fotografía, en la cual se aprecia cómo rescata a una niña de cuatro años y la transporta en sus brazos, en medio de una fuerte nevada.

La instantánea, firmada por el fotógrafo Pol de Wilde ha dado la vuelta al mundo, dado que el reportero fue uno de los primeros en llegar al lugar, en torno a las 8:40, unos diez minutos después del violento choque, a la altura de Buizingen, cerca de Halle, en la periferia de Bruselas. Así, casi sin darse cuenta, el inspector Van Liedekerke, de 46 años, se convirtió en un personaje admirado por sus compatriotas por su arrojo y valor al asistir a las víctimas, pocos segundos después del mortal incidente.

En todos los diarios

El propio Van Liedekerke no se explica la notoriedad que ha adquirido en sólo 48 horas. "Entré ayer en una gasolinera, de camino al trabajo para comprar un par de periódicos y de repente ahí estaba yo, en la portada de todos los diarios. Es una sensación rara", admitió ayer en declaraciones a la radio Bel-RTL y al rotativo flamenco De Standaard.

Filip Van Liedekerke y un colega de trabajo recibieron una llamada de teléfono poco después de las 08:30, el momento del fatídico accidente, y en pocos minutos llegaron al lugar, que presentaba un aspecto dantesco, con las dos locomotoras levantadas en el aire, y varios cadáveres esparcidos en el exterior, sobre las vías heladas. "Enseguida fuimos para allí. Primero ayudé a sacar a un hombre, de unos treinta años que se quejaba de un fuerte dolor en una rodilla. Después nos dimos cuenta de que en los vagones de cola había una niña herida, inconsciente. Su padre estaba junto a ella malherido", explica. "La cría estaba inconsciente cuando la encontré. Esperamos un poco a que llegaran los equipos de rescate, pero estaban demasiado ocupados con los otros heridos más graves, así que su padre y yo decidimos salir de allí y llevarnos de inmediato a la cría al hospital", cuenta. Ese es, precisamente, el momento que recoge la fotografía, cuando la niña es trasladada, envuelta en un manta, a un centro sanitario cercano a Halle.

Fuera de peligro

En los 28 años de carrera de Van Liedekerke es la primera vez, asegura, que se emociona tanto en un operativo de rescate. "Esos momentos son emocionantes. La gente dice que vivimos en una sociedad egoísta, pero lo ocurrido en Buizingen te demuestra que todavía existe la solidaridad entre los seres humanos, que aún queda mucho de buena voluntad en este mundo", subraya. El nuevo "héroe" de Bélgica recorrió casi medio kilómetro con la niña entre sus brazos hasta llegar a un centro deportivo cercano, donde funcionaba un hospital de campaña improvisado. "Por suerte está fuera de peligro", explica.

"He visto de todo un poco en mi profesión, pero lo de este lunes jamás lo podré olvidar. Me habría gustado abrazarla y darle un beso de despedida, pero me han informado que ya la han dado de alta. Ese es mi mejor premio", asegura.