Le acaban de conceder el Premio Nacional de las Letras Españolas a Rafael Sánchez Ferlosio y yo, que sufro de retentiva menguante gracias a Internet, pensaba que ya lo tenía. Qué escándalo. Mas no. El que ganó en 2004 es el Cervantes. Me alivia que el propio escritor haya declarado que "la verdad es que me dan demasiados premios". No dudo que los merezca todos, incluido un Príncipe de Asturias. Pero me imagino al hombre con una pereza enorme porque ahora se tiene que poner a redactar el enésimo discurso de agradecimiento en lugar de seguir tranquilo a sus cosas de la creación literaria, que precisan paz y tiempo, y no la presencia de directores generales revoloteando por toda la casa. Rafael, amigo, busca un parlamento antiguo, mismamente el del Cervantes, y suéltaselo a los del Ministerio, que seguro que no se dan cuenta. Nos íbamos a reír un rato. O mejor, calca alguno de tus muchos predecesores. Con que te presentes a la foto, el resto carece de importancia. Notas a pie de página, que diríais vosotros los autores. Relleno.

La ministra de Cultura, la cineasta Ángeles González-Sinde, la misma que acaba de conseguir que la Unión Europea congele las ayudas a las películas españolas para todo 2010 porque no ve clara la Ley del Cine, recién aprobada por el Gobierno y que también ha generado el rechazo de sus ex compañeros del celuloide, ha creado tres nuevos Premios Nacionales en este año de vacas flacas. Interesándonos por las disciplinas artísticas que se propone cuidar la ministra podemos vislumbrar dónde residen sus anhelos: Moda, Periodismo Cultural y Televisión. Con estos tres suman un total de 25 galardones, que se llevan entre 40.000 y 20.000 euros cada uno. Si se agregan a ellos las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes y la Orden de las Artes y de las Letras, no me extraña que vuelva a salir Sánchez Ferlosio. El Gran Combo dejaría de entonar No hay cama pa tanta gente y cantaría No hay gente pa tanta cama. Alegra que haya personajes polifacéticos como Jorge Javier Vázquez, que después del premio Ondas de la SER por su programa en comandita con Belén Esteban, lo mismo sirven para el Nacional de Televisión que para el de Ensayo. Menos trabajo para los asesores de Sinde, desesperados por buscar medio centenar de nombres distintos al año. Hay que tener muy poco talento, o demasiado, para que no te caiga un reconocimiento de ésos, más fáciles de lograr que una subvención.

Mientras se saca de la manga de su chaqueta fashion una chorrada de Premio Nacional de Periodismo Cultural, supongo que con la idea de que hablen bien de ella porque en caso contrario no excluiría a los compañeros de Deportes, Política y Economía, la ministra anuncia que el año que viene no existirá aporte presupuestario para el consorcio que va a construir el museo de Pollentia por la crisis, los recortes y blablá. Así las cosas, no creo que debamos abatirnos y sí buscar imaginativas vías alternativas para hacernos con el dinero que Sinde reparte alegremente entre sus amiguetes en Madrid, presentando el proyecto como candidato al Premio Nacional del Circo. Los romanos eran los mejores en eso, ¿no?