Ciencias de la Tierra

Una extraña formación rocosa en África esconde en sus entrañas la evidencia de los terremotos más antiguos de la Tierra

La joven Tierra fue sacudida continuamente por grandes terremotos, debido al deslizamiento de una placa tectónica por debajo de otra en una zona de subducción

Roca basáltica expuesta en Barberton Makhonjwa, Mpumalanga (Sudáfrica).

Roca basáltica expuesta en Barberton Makhonjwa, Mpumalanga (Sudáfrica). / Crédito: Dion Brandt / UNESCO.

Pablo Javier Piacente

Las grandes cantidades de ceniza volcánica encontradas en el cinturón de piedras verdes de Barberton, en África, pueden ser un registro antiguo de violencia volcánica similar a la que puede observarse actualmente en la Tierra, según un nuevo estudio. Además de demostrar que en los inicios de nuestro planeta los terremotos estuvieron más presentes de lo que se cree hasta hoy, la investigación de los movimientos sísmicos más antiguos también podría brindar precisiones sobre cómo y donde se forjaron las moléculas orgánicas básicas, que hicieron posible la vida sobre la Tierra.

Un estudio realizado por los científicos Simon Lamb, de la Universidad Victoria de Wellington, y Cornel de Ronde, del Instituto GNS Science, ambos en Nueva Zelanda, se fundamenta en un nuevo mapa geológico detallado de parte del Cinturón de Piedras Verdes de Barberton, en Sudáfrica, para revelar un fragmento del antiguo fondo marino profundo en los inicios de la Tierra, creado hace unos 3.300 millones de años.

De acuerdo a las conclusiones de la investigación, publicada recientemente en la revista Geology, la relación existente entre estas formaciones en Sudáfrica y otras rocas submarinas en Oceanía muestra que la Tierra primitiva no se caracterizó por un escenario libre de terremotos como se piensa actualmente. Por el contrario, fue sacudida por fuertes temblores y una intensa actividad sísmica.

Movimientos y deslizamientos antiguos

Según un artículo publicado en The Conversation por Lamb y de Ronde, las formaciones geológicas en Barberton han resultado difíciles de descifrar, a pesar de los reiterados intentos en diferentes investigaciones previas. Sin embargo, el nuevo estudio ha demostrado que la clave para revelar los misterios de estas extrañas formaciones se encuentra en rocas geológicamente jóvenes, depositadas en el fondo marino del Océano Pacífico, frente a la costa de Nueva Zelanda.

¿Cómo se explica esto, teniendo en cuenta la distancia entre ambos puntos? Las rocas de Nueva Zelanda son la clave para leer el registro geológico en el cinturón de piedras verdes sudafricano, porque estas últimas son el remanente de un gigantesco deslizamiento de tierra que contiene sedimentos depositados tanto en el suelo como en aguas poco profundas, mezclados con los que se acumularon en las profundidades del fondo marino.

Los científicos descubrieron que hace aproximadamente 3.300 millones de años, cuando la Tierra primitiva era solo un planeta en formación y no existían las separaciones continentales actuales, se produjeron grandes terremotos originados por el deslizamiento de una placa tectónica debajo de otra en una zona de subducción, en el marco del proceso de tectónica de placas. Estos enormes movimientos explican la relación entre los registros geológicos en Sudáfrica y Nueva Zelanda.

Terremotos en la Tierra primitiva y origen de la vida

Los hallazgos ponen en duda los conocimientos establecidos sobre el escenario de la Tierra primitiva, que hasta el momento se pensaba cálido y carente de terremotos y eventos sísmicos. Por el contrario, los descubrimientos del nuevo estudio muestran que podrían haberse producido terremotos de gran intensidad, similares a los que se registran en la actualidad.

En ese sentido, los investigadores recordaron que la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai de Tonga en enero de 2022, que alcanzó la energía de una bomba atómica de 60 megatones y envió una enorme nube de cenizas al espacio, atravesada por más de 200.000 rayos, se relaciona con la erupción de volcanes submarinos en la misma zona. Estos eventos están mostrando un tipo de lava extremadamente raro llamado boninita: se trata del ejemplo moderno más cercano de una lava que era común en la Tierra primitiva.

En consecuencia, las enormes cantidades de ceniza volcánica identificadas en el cinturón de piedras verdes de Barberton pueden ser un antiguo registro de eventos sísmicos similares a los de Tonga. Los investigadores creen incluso que los rayos asociados a estas erupciones podrían haber forjado el crisol necesario para la vida, dando lugar a las moléculas orgánicas básicas en la Tierra primitiva. De esta manera, la subducción de las placas tectónicas parece haber tenido un papel fundamental en los inicios mismos de la vida en nuestro planeta.

Referencia

Large-scale submarine landslides in the Barberton Greenstone Belt, southern Africa—Evidence for subduction and great earthquakes in the Paleoarchean. Simon Lamb and Cornel E.J. de Ronde. Geology (2024). DOI:https://doi.org/10.1130/G51997.1

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